lunes, 19 de febrero de 2024

si te escucharas al hablar

verías que la mierda lanzada contra Ayuso te caería encima, como el esputo lanzado al aire cae sobre el ojo. Y, es que no se puede ser más servil que lo es Ángeles Barceló. Pero como el perro con hambre salta al ver pan... así Ángeles tiene que defender al jefe si quiere seguir cobrando y trabajando en ese lupanar. Un lupanar de mentiras, las mismas, que le achaca o señala a Ayuso. 
A mí Ayuso me la trae floja, como floja me la trae Sanchinflas. Pero es que haya alguien de la psoe que no se dá cuenta, con la edad que tiene y siendo del mismo partido, la cantidad de mentiras que dice su jefe por minuto y día. Cosa que se ha contagiado a la cabecera del partido y no hay uno solo que no mienta como el jefe.
Claro, la cuestión es parecerse lo más posible al jefe. Porque de esta forma queda uno como la Yoli, cuando le besa en cualquier lugar que le ve. Poco la importa que sea dentro del Parlamento, cogido como antesala para sus escarceos amorosos delante de todos los mirones que les pone. Y ahí entra Ángeles Barceló...
Sus noticias, las de Barceló, son aptas para solo aquellos que tengan un aire parecido a Feijóo. Ningún punto de inflexión con su amado jefe, a quien proliga una sartada de piropos propios de celo... Y es que es verdad: ¿quién se puede negar a un achuchoncito proveniente del más guapo, más bello y más creído? Si hasta el suegro le ha prohibido entrar en la sauna porque se la revolica. A qué va, si no, el amigo entrañable Marlaska.
A Sánchez le ha venido un domingo que no esperaba. Hay casos en la vida que para algunos se les hace muy cuesta arriba. Y eso le pasa a nuestro amado líder y espiritual Sánchez. No hay duda de que en Galicia, hubiera puesto un busto o talla de cuerpo entero, al lado de la Torre de Hércules. ¿Qué no? ¡Anda que no!
Sánchez quiere inmortalizarse a costa de lo que sea. Y después de 50 años, que le saquen a hostias de la Moncloa, quiere hacerse un monumento para que todo peregrino que vaya por aquellas tierras de Galicia, se incline, en su memoria. ¡Pero que se incline, no para hacer sus necesidades, sino, en referencia a su grandeza y poder. Para algunos el memento mori no existe.
Total,
que Barceló tiene que leer más despacio y tomar contacto con su masa encefálica para saber qué está diciendo de los demás, que, de sí y de su jefe, no dice.

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