Deja de cabalgar,
pensamiento,
por los llanos de la mente.
Deja de levantar
polvareda,
de aquello que nos duele.
Déjanos, pensamiento,
de, volar...
libremente.
Para todos aquellos amigos que, como a mí, la mente nos va más veloz, que el cuerpo que la contiene.
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