y el conserje de la finca incendiada en Valencia, ha sido uno de los primeros al que se le ha agradecido la valentía de subir, piso a piso, vivienda a vivienda, a llamar a los vecinos para que salieran del edificio por conato de incendio. El humo fue uno de los síntomas que el conserje vio y padeció, como detonante de la llamada vecinal, hasta que aparecieron las fuerzas y cuerpos de seguridad de Valencia.
En segundo lugar estamos viendo cómo los responsables políticos del Ayuntamiento y de la Generalidad, hicieron acto de presencia a poner soluciones a los que, tanto los vecinos del inmueble, como los vecinos colindantes, se ofrecieron (sin dudar) a ayudar en lo que hiciera falta a quienes habían perdido todo. Como tampoco hay que olvidar la atención dispensada por Mercadona al no cerrar las puertas, hasta más de la media noche, para los afectados pudieran comer y proveerse de las necesidades básicas del momento.
Sin duda ha sido una medida tomada por todo el mundo, que ha hecho que mucha gente esté, ahora, hablando bien de las medidas tomadas por María José Catalá y Carlos Monzón. Cuando se tienen buenos administradores... la opinión pública dá testimonio de ello.
Ahora conviene tener presente y poner el punto de mira... en buscar las causas que
nos han derivado hasta aquí. Y, buscar, sin duda, más edificios que pudieran haber sido levantados por la empresa que destruyó el fuego, con pérdidas de vidas humanas.
Ahora hay que ponerse a averiguar si más edificios han sido levantados y forrados con ese material que propaga el fuego como reguero de pólvora.
Me parece un insulto a la inteligencia de los ciudadanos... el que empresarios levanten edificios sin miramiento a posibles incineradoras...
No sería conveniente detenerse ahora que se ha saldado con resultado de muertes... el que la justicia cargue contra la empresa (OHLA) adjudicataria en activo. Y no permitir que la gente que se ha quedado sin nada... pasen a ser los moradores de puentes o servicios sociales.
¡Ah! y no permitir que Sánchez venga a Valencia, a hacerse la foto, cuando no ha sido capaz de ir al entierro de los guardias civiles vilmente asesinados por los narcos marroquís. Me da que ni el presi español, ni el rey marroquí, son trigo limpio. Más bien parecen dos folclóricas, con maletas de cartón, a hacer las europas.
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