viernes, 23 de febrero de 2024

el consejo de RTVE

 
ha tomado la decisión de dimitir en pleno por el efecto "calentorro" demostrado por la "profesional" Inés Hernán, cuando tenía próxima la figura de Sánchez, en la alfombra roja de los goya. Y es que es muy difícil que una persona como Inés (lo entiendo) no se le caigan las bragas o, al menos, se las moje, con semejante maromo, dentro de su círculo de proximidad.
Sintiendo el aroma que rezuma el celo en una mujer como Inés... no ha faltado la adulación por parte de Sánchez y, eso, que tampoco ha faltado lo que denominamos <<educación>> al eructar junto al micro, en directo, adular al jefazo Pedro, quejas sin venir a cuento, y palabras soeces en el Ente público. Y, sobre todo, porque la susodicha no pertenece a RTVE.
Deben de estar muy consternado dentro del Ente al considerar la lamentable opinión que debió tener la audiencia (que nadie ve) al ver aletear a Inés como si de un jilguerillo, se tratase, junto a un zarzal o corona de espinas del Nazareno.
Hace falta valor, para salir haciendo el ridículo cuanto más mejor. Debe ser una nueva forma de conseguir puestos en la administración pública. Porque si no, no se entiende que la Inés se haya venido arriba y rezumado naturalidad cuando era todo lo contrario. Venía buscando una fama que va a llevar a RTVE a solicitar, de Sánchez, elecciones generales, para restablecer el Consejo del Bloque público.
Imagino que Inés se estará preguntando por qué la hacen eso si ha estado fantástica haciendo esas guarradas ante el público que cada vez es menor. Si siguen así, estoy de acuerdo con el Consejo, que se quedarán sin radio, sin televisión y sin España. Y se tendrían que tractorear por las calles de Madrid, en busca de señales u ondas nuevas. Ante esto, creo sería mejor, cerrar el Ente y dejar que la gente se busque otro entretenimiento que no sea ver <<el bodrio>> que sacan cuando se enciende el monitor.
Pues eso es lo que debio pensar Inés cuando empezó a bostezar y reclamar un poco de atención a sus berridos y eructos. 
Pienso que nunca antes, el Ente público, había caído tan bajo, bajo, bajo. Pues, con Inés, lo han conseguido. 
Con la cantidad de gente válida que hay en España y, simpre, tenéis que cojer lo peor de lo peor. O, a lo mejor no. Que Inés es mucha Inés, y hay mucho donde coger.
Es evidente que cuando se hacen estas cosas emulando a Hollywood, nos salga lo que nos sale. Porque estamos a años luz de un plató americano.

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