se han juntado un buen grupito de Bildutrans en la sauna del suegro de Sánchez. Tan seguros se sienten en sus deconstruidas personalidades que tienen el placer de negar la voluntad de una mujer de guardia asesinado, a que le impongan la medalla al mérito de morir ajusticiado por narcotraficantes. Y, Marlaska, de modelo de revista. ¡Hace falta...!
Lo indigno es que la Benemérita se haya personado en el entierro en presencia del Ministro. Deberían haber declinado su presencia para no dañar el cuerpo presente de su compañero.
Porque, amigos,
que nos digan que han declinado la orden de bajar las banderas españolas a media asta, ni tan siquiera guardar un minuto de silencio en honor de esos valientes que dan su vida por los ciudadanos. Que se juegan la vida diaria para que los demás estemos seguros en la calle, en nuestras casas. ¡Ya está bien!
Ya está bien de tener que aguantar tanta desidia de estos zurdos de mierda. De estos traidores a España y a sí mismos. ¿Tan pocos huevos tenemos de no echarles de España rumbo a las américas?
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado deben restablecer el orden en todas las comunidades estén de acuerdo o no los respectivos políticos que no cumplan con la Constitución y las reglas de juego.
¿Quiénes se creen estos Bildutrans para sublevarse contra la Nación Española?
Hay que darles dos opciones, o se someten a las normas de convivencia nacional o se largan a tomar por el culo, rumbo a donde quieran irse. ¡Ya basta de bastardos hijos de puta!
Ahora es el momento de arrestar a Marlaska y a Sánchez, para someterles a un juicio militar. El que con la justicia juega, con la justicia se condena. A tomar por culo tanto memo del carajo e hijos de puta varios.
El que no sepa gobernar... a la calle y que venga el siguiente. De este modo encontraremos aquél que sepa y nos saque de este atolondrado sistema en el que nos ha metido la zurda de mierda.
Y, sí, no nos hace falta la presencia y arbitrariedad del Papa en ninguna de las acciones que tomemos como personas jurídicas. Somos responsbles de terminar con el ningueno al que nos tienen sometidos los políticos en España.
¡Ya basta, carajo!
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