ahora hay que esperar que las ovejas se vayan muriendo conforme vaya pasando el tiempo y las secuencias de virus se vayan desplazando de un país a otro.
A ver cuando la gente se mentaliza que esto es un plan organizado para reducir la población mundial a menos de la mitad de su estructura organizativa. Están consiguiendo que el mundo sea un gran campo de concentración comunista. Y, como algunos lo saben, éstos intentan compensar la maldad inherente al comunismo por un sistema más humano, aunque, para ello, tengan que abandonar el trabajo, el país, la familia.
Esta ha sido la determinación que ha tomado el señor Dong, alto cargo en el Ministerio de Seguridad del Estado de China, enterado de la organización criminal que opera en Wuhan, ha desertado del sistema comunista de Xi Jinping, para caer en manos de los agentes del FBI, la DEA, la CIA, etcétera, pensando que estarán más seguros en Estados Unidos chivándose de los secretos chinos, cuando, sin saberlo, están vendiendo su vida por nada. Estados Unidos y China mantienen relaciones militares y de investigación, porque en América del Norte no tienen permitido (aunque lo hagan) operar con virus o genética. Lo que no se investiga en Estados Unidos lo investiga China. Porque los chinos no tienen ninguna empatía con sus congéneres humanos. Los chinos son los híbridos reptiles.
¿Quién va a poner coto a los intereses del sistema global de medicamentos, vacunas y epidemias varias?
No lo va a hacer nadie.
Bill Gates de cada 10 millones invertidos ha ganado 200. Es el puto becerro de oro al que se inclinaron los judíos a adorar. Y al que han vuelto a inclinarse porque los judíos son adictos a las monedas de curso legal. Por supuesto: los Judas de la historia. Y, por analogía o hermandad, mejor no hablemos de la Iglesia católica judía. Qué bien dirigida está por el papa Francisco, como palanganero de los judíos sionistas. Creo que Francisco es agente secreto de los sionistas dentro del entramado opaco de las catacumbas vaticana. De los entramados oscuros de la curia vaticana.
Como vemos el mundo, se está moviendo muy de prisa, en su espacio-tiempo. Algo nos está dando un giro de peonza y nos movemos a mayor velocidad de lo normal. No soy el primero ni seré el último, en darse cuenta de este hecho.
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