sábado, 26 de junio de 2021

el año de la propulsión y la antigravedad.

en 1969 millones de ciudadanos del mundo fuimos testigos de que un cohete americano salía de Cabo Cañaveral con tres astronautas a bordo. Fuimos testigos de como aquel cohete subía raudo hacia la mancha azul que nos rodea... camino del satélite que nos circunda. Este año, en particular, no tuvo ninguna influencia más... que las ansias de Estados Unidos en ser los primeros en echar la mentira más grande, en la misma cara, a los habitantes del planeta Tierra. 
Con esos cohetes no era fácil romper la gruesa capa atmosférica que rodea nuestro planeta, conocido por el Cinturón de Van Allen. Tanto poder tiene ese Cinturón que deshace las piedras que intentan llegar a tierra. Por lo tanto, a mi entender, tampoco era fácil que un cohete de papel pudiera romper esa barrera, a no ser que, nos hayan mentido también en eso. 
El caso es que, 
la comunicación de vuelo fue extrañamente buena, sin interferencia y una nitidez extraordinaria, como si estuvieran en un plató de televisión junto a la sala de intercomunicación con el cohete. La sala (que yo la llamo) de los aplausos obligados; de las caras carentes de expresión de júbilo, de éxito. ¡Cuidado que nos mira todo el planeta! 
Las señoras de los señores astronautas les escuchaban perfectamente y a la inversa, también. 
¿Cómo es posible que hubiera, en ese año, una tecnología tan avanzada y tan retrasada en otras? 
Las prisas por conquistar la Luna no era móvil para que se escuchara con total nitidez a los viajeros del tiempo. Pero sucedió. 
En 1947, un bólido desconocido cayó en Roswell, Nuevo México, convirtiéndose en chatarra. Gente de los alrededores (granjeros) acudieron a investigar qué pudo ser aquello que cayó tan estrepitosamente al suelo en la zona. Cuando se acercaron vieron que era una nave desconocida y tripulada por tres sujetos, no comunes. Sus cuerpos no tenían connotaciones con una raza conocida; no eran de este planeta. Hubo quien recogió trozos de metal gris maleable, de la carrocería, que estaba expandida en varios metros a la redonda  y se lo llevó a casa, antes de que aparecieran las autoridades estatales, como así sucedió. Hoy en día, enseñan las láminas con signos grabados en ellas, a modo caligrafía egipcia.
Con la llegada de los militares, aparecieron los Hombres de Negro, a meter miedo a los testigos del brutal castañazo. Tan es así, que los tres seres, tripulantes, estaban fuera del aparato, muertos.
Es en este momento donde me doy cuenta que hubo dos escenarios distintos: Uno, con la retransmisión en directo, cuenta atrás e ignición, subida, y éxito asegurado, en la Conquista de la Luna por Estados Unidos. 
Quiero recordar que entre 1947 y 1969 han pasado 20 años, tiempo suficiente para adquirir conocimiento de nuevas tecnologías sacadas de aquel bólido que se estrelló.
Por tanto
en 1969, fueron dos misiones distintas las que se dirigieron a la Luna. El cohete fue un mero desvío de atención de los ciudadanos terrícolas y lo que subió, fue, otro objeto distinto a un cohete. Solapado un avión con gravedad (0); antigravedad. 
Antigravedad. TR3B.
Tecnología extraterrestre.
Esto nos ha hecho pensar que, desde 1969, han tenido tiempo de hacer aeronaves espaciales con la tecnología suficiente para haber subido y bajado varias veces a la Luna y haber acortado la distancia a Marte, y quien sabe, si no más allá. No tenía sentido haber alunizado con una mierda de cohete, y no volver más, cuando tenían la cosa fresca. Que con un poco más de tecnología se podía volver con facilidad. NO, no volvieron. ¿Por qué? Porque ya iban y venían con facilidad. Este regalo de los dioses, con el choque, consiguió que los países con mejores posibilidades de avance tecnológico, y más presupuestos: Rusia, Estados Unidos, India, Emirato, China, etc. se hubieran unido, en camaradería, a La Conquista del Espacio. Cuando los gobiernos se juntan en un bien común, no miran el presupuesto de lo que tienen en mente. Lo hacen y punto.


Todo esta puesta en escena
fue un montaje que el ciudadano del mundo se comió con patatas. Que era el tubérculo que más abundaba para llevarse a la boca.
Cerramos con la contundencia de que cualquier pandemia que expandan por el aire, y maten a cuantos más seres humanos mejor... Ellos, ya están preparando las maletas para un asentamiento a largo plazo, y, a la vuelta, encontrarse un planeta con menos habitantes y menos contaminado. Ya veremos cómo queda el emplazamiento de la Luna o de Marte, cuando les dé por volver.

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