sabemos dónde se encuentran los islamistas que van a atentar contra los Estados Unidos y España.
Unos 200 descerebrados islamistas están en las fronteras de México -lindo-; el resto (unos 300) está en la Cataluña -islamistas- de Mas. Y es que en México se han ido a cantar unas rancheras; a España han venido invitados por Artur para hacerles DNI españoles con fines utilitarios a las urnas del 9N.
Yo, en puesto de Mas, hubiera recurrido a los chinos que, muy gustosos y por montar un todo a cien, estarían dispuesto a venir en tropel (porque son muchos) y traerse a toda la prole de un pueblo de allende los pueblos perdidos de a saber dónde... dentro de montañas... para participar y transportar pancartas con el eslogan: Mas el campeón. Tan es así, que han encontrados dos hermanos chinos viviendo en esas montañas, después de la guerra, y no sabían que la guerra habia acabado hacía 50 años. Pues esos son bueno para Mas, los que vienen sin saber hablar ni por señas, pero tienen brazos para introducir la papeleta por la rajita, aún con ayuda de un policía local preparado para tal fin. Porque, señores, por muy fácil que parezca introducir la papelina por la rajita, a veces, las manos, se hacen pajas imaginarias y no atinan a boquete. Y de esta guisa servil, los amables locales, de tan amable comunidad española, te sostienen la mano muy displicentemente para votar a favor de Artur Mas y su encrucijada separatista.
¡Un ángel, este Mas! Un ángel caído, pero un ángel en definitiva, al que Dios echó del Cielo por querer cambiar las normas del mismo, y aquí, ahora, en España, en Cataluña, le quieren echar igualmente que le bajaron del Cielo y todo, por querer hacer lo mismo. Este hombre es un incomprendido desde que el Creador le reanimara de un tronco de árbol (porque Mas no nació, no fue creado como todos los demás. Unos fuimos creados de barro e insuflada la energía), concretamente de un sauce llorón. Y por eso no para de llorar pidiendo cosas a todo el mundo. A Rajoy -que sí, es de barro-plasta-, le tiene frito el muy llorón y Mariano ya no puede más. ¡Ya basta! le dice a diario, pero es que es muy difícil ser de talla de árbol llorón y no llorar todos los días. Total que no me extraña que el pobre (que de pobre no tiene nada y nos enteraremos cuando le persigan la pasta que se ha llevado del caso Pujol) sintiéndose abandonado y mal comprendido, busque rebuznos en los que sí son burros como los yihadistas islamistas. Y ahí están todos esperando el momentazo crucial, (ya que les ha fallado Escocia), para lanzarse a las urnas y a la muerte del cristiano.
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