yo que creía y pensaba que las denominaciones de origen (DOP) e identificación geográfica protegida (IGP), las teníamos de algún modo controladas y bien controlads, resulta de que no. A pesar de estar sometidas a un extricto control y a una exigente normativa con certificados de Consejos Reguladores... aún así... los productos están adulterados. Es decir, los productos no son del terreno que indica la etiqueta. Ni los quesos son de la mancha, ni el de tetilla ni el mexillón gallego, ni el pimentón de Murcia, ni los ajos de Cuenca, ni el jamón ibérico... en fin, un elevado nivel de fraude, cuya víctima es el consumidor, y los responsables el Consejo Regulador de Denominaciones de Origen.
España, gracias a este Consejo, está perdiendo del orden de 90 millones de euros año, sólo detectado en el ámbito minorista. Y lo que es más gravoso: el engaño incrementado en los precios de los productos genéricos o productos pirata.
En fin, como vemos, en nuestra querida España están todos pringados por fuertes sumas de dinero. No sólo Pujol, Bárcenas y el PP, la Gürtel y el PP, los Eres y los sociatas, los Eres y los sindicatos... El Rey y su corte familiar... ¡Qué decir, amigos lectores, de tanto chorizo por entripar!
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