jueves, 4 de septiembre de 2014

está claro que el homosexual se hace, no nace.

Un decálogo para padres y madres que quieren evitar el desarrollo de la homosexualidad en sus hijos e hijas 
1. Ama a tu hijo incondicionalmente, y hazlo saber: díselo.
2. Abraza y besa a tus hijos/hijas con frecuencia, sino, alguna otra persona lo hará por ti, pero de manera impura.
3. Dales identidad, sé su fuente de identidad, diles con frecuencia “tu eres mi hijo” “tu eres mi hija” y “estoy complacido contigo”. A la(s) niña(s) diles cuan bellas son.
4. Sé asimismo fuente de disciplina y límites. Los niños necesitan saber que se encuentran seguros dentro de las reglas y los acuerdos intrafamiliares, y que cada acción tiene consecuencias. De lo contrario, van a experimentar –sin límites – la sexualidad más tarde en la vida.
5. Sé generoso en palabras de afirmación, en elogios y bendiciones. Al mismo tiempo, sé tacaño en críticas.
6. Ayuda a tus hijos a “ser ellos mismos”, ayúdalos a los varoncitos a cortar el cordón umbilical con sus madres, mostrándoles que ellos son igual a ti; y a las niñas mostrándoles que ellas son individuos distintos a la mamá.
7. Se un buen modelo de la masculinidad bíblica, es decir como Jesús y no como tu cultura defina masculinidad.
8. Se un buen marido para tu esposa, la madre de tus hijos. No hay nada que un niño necesite más que saberse seguro/segura en el hogar.
9. Participa e involúcrate en cuanta actividad extracurricular y escolar en que se encuentren tus hijos. Así les muestras interés, y puedes identificar riesgos potenciales.
10. Pasa tiempo de calidad con tus hijos, escúchalos, y muestra interés en sus conversaciones y vidas.
Hace tiempo que vengo contándolo: más papistas que el Papa. Así me parecen los actos y dichos desde la conquista de la Santa Inquisición, en las tierras de allende el Atlántico. Qué miedo no les meterían, que ahora son todo corazón, miembros laicos de la Santa Madre Iglesia y los únicos que se sirven de ella a modo de monjas, curas, o servicios religiosos de los más sofisticado nombres. Cambiaron los sacrificios humanos en las plataformas de las pirámides mayas, a las aras IHS de las iglesias del viejo mundo. ¡Qué poder de persuasión han demostrado los jesuitas de la gran Iglesia romana! Y qué mentes más vacías... para haber ocultado la semilla del mal en ellas.

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