martes, 2 de septiembre de 2014

Jordi Pujol y sus ojeras

Marta Ferrusola, como la Ágatha Christie del complot, la argucia, la delincuencia y el saber estar tanto en casa, como en público. Esa cara afrancesada ya, por la influencia de los veranos y otoños que se pasaban en sus casas de Andorra, donde disponían también de sus dineros apilados unos encima de otros, y de 500. Ahora es momento de informarle al señor Rubalcaba -como si no lo supiera-, dónde estaban los billetes 500. Repartidos entre la mafia Pujol, los padrinos de la izquierda y la derecha, y los chinos, que también han entrado al trapo del raterismo... potenciado por los políticos del momento. 
A Pujol se le requiere en el Parlamento para que revele qué ha estado haciendo durante todos estos años de político. Pujol se va a negar a dar charlas de cómo robar a manos llenas durante mucho tiempo y sin que te jodan. A la vez que le ha dicho a Montoro que si quiere cojerle tendrá que comprarse un coche que corra más que los que tienen sus hijos, ya adquiridos y de alta gama y cilindrada, preparados para si se daba este acontecimiento y salir pitando. 
Como a Montoro le ha hecho una pedorreta... Montoro a montado en cólera y ha dejado caer que Pujol no había regularizado ninguna cantidad y que es posible que hasta los herederos de Pujol, estén metidos en este entramado mafioso. Y entendemos como herederos a alguien fuera de las puertas de casa o familiares directos, que ya sabemos que han hecho el agosto por su cuenta y riesgo. Aquí el que menos tiene de la familia pujol, posee más de 2.000 millones de euros amarrados. ¿A quién se referirá Montoro cuando habla de los herederos? ¿Habrá alguna ONG, fundación o iglesia cristiana, que pueda recibir tamaña cantidad como para llamarles herederos? 
¡Vivir para ver!

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