para que el mafioso Carlos Fabra, sea ingresado en prisión por la gravedad de los echos que se le imputan. Sin embargo son sólo de malversación, y no de tráfico de estupefacientes, personas y prostitución de menores.
De los trece años que pedía la fiscalía anticorrupción se lo dejaron en cuatro y aún así, el mierda, ha pedido indulto para no entrar en la cárcel.
El tiempo corre y la fiscalía no ve indicios de que el muchacho entre en el trullo y ha solicitado que se haga efectivo inmediatamente la inclusión en el penal. Dice la fiscalia que reducirle la pena era con el propósito que no alargar más la justicia, sino ingresar en prisión y sin indutos. Porque -sigue el fiscal- qué pasaría si todos los internos solicitasen el indulto por los actos cometidos. Indultos a los que se han acogido todos los políticos para salir airosos de los desaguisados que están cometiendo en todos los estadios de sus vidas.
Es injusto que todos estos memos estén por la calle teniendo delitos de todos los calibres y con menores, y resulta que disfrutan de indultos y los demás presos no.
Así tenemos la política y los políticos que tenemos, unos a otros se indultan por el qué dirán o harán en un futuro inmediato.
¡Qué vergüenza de país!
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