¿Quién necesita la manifestación de un milagro?
Yo creo que el vídeo es una falta de sensibilidad de aquél que lo ha llevado a las redes. Nadie busca un milagro dentro de la fe. La fe, en sí, ya es un milagro; no se necesita que se esté manipulando ciertos emblemas (hostias) ante un público jubiloso y convencido. ¿Qué quiere conseguir la Iglesia que no haya conseguido ya, de su público creyente? Ya solo faltan los hologramas para meter pudor y miedo en la mente de los congregantes. ¿Qué le puede pasar aun beato que vea cómo la Hostia o Jesús se le aparecen levitando ante sus ojos... el suicidio?
Por favor
dejen a la gente que pueda llegar a creer a medida de su conocimiento. No joderle con tanta propaganda de milagros y apariciones que es más propio del demonio o de magos, que de la realidad. De cuyos ciertos magos, está más la presencia del demonio, que del cielo.
Como decía Gabriel Amor: "Por debajo de las puertas del Vaticano, huele a humo del Infierno".
Por favor
la religión católica: "es el demonio vestido de cordero". Es la presencia continua de una creencia que no es nuestra. Ello, los sacerdotes de entonces, tuvieron su cordero y lo crucificaron. "Nuestra no es la culpa de sus actos". La liturgia es judía y no se renueva porque saben que el Cordero no tiene presencia. Si la tuviera, sus ojos y oídos, estarían más abiertos y expectantes. Mas, están dormidos como apóstoles en Getsemaní, en la Oración del Huerto.
Por Dios
no profanéis lo único bueno que puede tener esa religión: "Al hombre que se hizo hombre verdadero, y ando entre su gente"; y ninguno le creyó. Yo no creo en aquellos que vienen germinando culpas en los corazones de los demás. Porque aquél que dice: "Señor perdóname", es porque considera que ha hecho algo que no debía. Se está labrando una tumba a su medida. No me vengas diciendo: "Señor, Señor, por qué me has abandonado", porque ambos somos el Uno, en si mismo. Cuanto más lo repetimos... más nos alejamos. No escuchemos a quien no sabe más que leer, en ver de decir aquello que se siente viviendo en su interior. "Son negros por dentro, igual que sus túnicas".
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