jueves, 4 de abril de 2024

una fisgona de balconing

 ¡y luego nos echan la culpa a los hombres! 
Pero qué se puede esperar de Carla Galeote, amiga de <hermana yo sí te creo> a la que pagamos por fotografiar a ancianos haciéndose pajas, en la tranquilidad y soledad de su domicilio, al compás y compañía de una peli porno. 
¿A quién cojones le importa? 
Solo a Carla Galeote, que ha dedicado un cuarto de hora de "mirona" para tener suficiente documental para aportar a la denuncia, supuesta, a las fuerzas del orden. Del orden de la moral... se entiende; si no es así la denunciante ha estado violentando al vecino del edificio de al lado. Y que de tan tamaño pene, a Carla, la ha puesto malota: al punto de ebullición. (Véase la energía con la que comenta el brutal safari). Que, vista la secuencia, ni en la casa de uno puede hacer lo que quiera. 
señores, señoras,
¡el que no quiera ver, que no mire!

 
en visión y opinión de una mujer. 
Tener dos puntos de vista de un mismo caso, facilita que alguien le dé por llamar facha, inmaduro o pusilánime, a un sexo concreto o determinado.
Concretando
pienso que cuando alguien tiene que echar mano de lo que sea para llamar la atención de alguien... Deja mucho que desear. Maquilla su estado de ingravidez en la decadencia de su situación económica e incapacidad para encontrar trabajo, y para dejar de mirar los edificios solindantes. Es muy penoso no servir para nada e intentar meterse con los mayores. 
¡Deja a los mayores en paz!

1 comentario:

El villano en su rincón dijo...

Un chiste muy antiguo:

Una solterona llama por teléfono a la policía:
- Mi vecino de enfrente está tumbado en su balcón, completamente desnudo. Vengan ustedes y procedan, por favor, que está vulnerando mi intimidad.
Acuden dos policías, se asoman para comprobar el balcón de enfrente y dicen:
- Oiga, pues yo no veo al vecino.
Y la solterona, indignadísima:
-¿Cómo que no? Súbase usted a la mesa, ya verá como sí.