viernes, 12 de abril de 2024

mi postura hacia Cayetana

 
se podría malinterpretar al referirme a su persona y conocimiento. Dos cualidades que ensamblan perfectamente en una mente bien oxigenada. Y cuando el oxígeno alimenta la mente, en Cayetana, se cuantifica la capacidad y se elaboran las palabras como salidas por una gramola armoniosa, como melódica. Pero no por ello deja de esgrimir la espada de la locuacidad, con el contenido de verdad. Y es en ese momento en el Cayetana se lanza, cual ángel batallador, a romper el negro proceder de aquellos que aventajan al bien, bajo la careta del buenismo. 
Illa, todos sabemos, fue el ejemplo peor que tuvimos en la pandemia. Le vimos moverse como elefante en cacharrería, y tuvo que abandonar su incapacidad y sumirse al ineptismo político  más exarcerbante. Los españoles no le debemos nada a Illa, es más, le deberíamos de haber denunciado por conseguir no hacer <<nada>> contra la pandemia. Y, encima, nos dijeron que tenían un grupo de expertos, cuando era mentira. Y por ello, su jefe, le mandó a hacer las cataluñas, para quitarse el muerto de enmedio. Consiguieron crear una hucha de mentiras que hoy, cuatro años después, sonrojan a la Unión Europea. Hace falta ser miserables y de izquierdas. 
Yo creo que el binomio Cayetana-Alejandro, en Cataluña, sería una buena propuesta para el PP. Alejandro es un tipo muy cercano y muy cañero, a la vez. Y se puede enfrentar sin peluca, a cualquiera que venga o represente a la zurda. La psoe está tocada en ambas alas y le va a costar levantar el vuelo en las próximas elecciones generales. España necesita gente con valía y no valiosos para el enchufismo y el raterismo. ¡Va por todos!

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