viernes, 12 de abril de 2024

tratados de guerra

 
una vez saturados todos los países de armas y naves de quinta y sexta generación... es normal que terminen pensando en una guerra mundial para debilitar sus angares, y sus arsenales armamentísticos, y poder seguir haciendo armas y más armas hasta que la raza humana se extinga, y de este modo quedar como dioses en un planeta desierto. Son demasiados años sin una guerra y demasiadas armas a la espera.Y, eso, lo deciden quienes están más alejados de la paz y de las amenazas. Los más discapacitados para gobernar. Imaginémonos un planeta donde se aunan los esfuerzos para construir grandes naves que puedan salir del planeta y volver en poco tiempo. Un aluvión de pequeñas naves con capacidades de circundar el planeta en poco tiempo sin que se hagan viajes interminables con las aeronaves existentes. Un plano en el que ir y venir de un país a otro no sea una amenaza constante. Culminar lo que se dijo después de la Segunda Guerra Mundial: haremos rejas de arado del hierro de las armas fabricadas. Aún hay tiempo.
Biden está del lado de los israelíes porque son aliados necesarios contra todos los militantes terroristas de Hamas y hutíes. Estos pertenecen a una rama tribal del norte del Yemen, y seguidores de la rama zaidí del islam. Para darnos cuenta de que las guerras más lrgas son las origindas desde la imposición religiosa y, en menos grado, desde la influencia de una mente analítica y gremial. Por tanto, algo estamos haciendo mal desde la imposición religiosa. 
Señores:
No podemos dejar de lado lo que sale por boca de voceros, representantes, de los cinco continentes. Cuando el río suena, agua lleva, y no podemos mirar para otro lado sin tomar las decisiones correspondientes en formato de defensa o protocolos dentro de los tratado de paz. Lo que hay que hacer es: reivindicar esos tratados de paz y dejarnos de airear tensiones de guerra. Disponemos de un mar de energías mentales para encontrar el formulario o formato para contrarrestar las aguas turbias y ponzoñosas.
¡Guerra, no! ¡Siempre la Paz!

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