del avión Malasia, a 100 días de su desaparición y 60. 000 metros cuadrados, de búsqueda bajo el agua. Ahora nos vienen diciendo que el avión había perdido todo el combustible y que no llevaba pilotos humanos, sino que el avión volaba con la dirección del piloto automático: algo parecido al copiloto de la película Aterriza Como Puedas. Es altamente significativo que buscando donde creen se halla, no lo encuentren. Que no fuera detectado por ningún artilugio militar que vigilan en la estratosfera. Y que les den por muertos al considerar que todos los restos del aparato (777) se hayan hundido. Con las consiguientes indemnizaciones a sus familiares; aquellos que lo único que necesitan es saber dónde y por qué, sus familiares están perdidos. De momento se van a quedar con las ganas de conocer esos datos, a excepción de que Estados Unidos nos alumbre el camino diciendo dónde lo tienen, o, que el avión nunca despegó. Y si lo hizo, podría haber sido cambiado su ruta y suplantado, por otro avión de la misma aerolínea. ¿Con qué intención? Apoderarse de los cuatro chinos que tenían la patente en corso de los microchips. Aquellos mini robots, que se implantarán en tu cuerpo y se agarrará al mismo como una garrapata, por si te dá por arrancarlo. Mandará señales vía satelíte y wifi a todas las antenas desperdigadas por el planeta. Serás totalmente localizable a excepción de que te pongas alas, y se comportes como el avión desaparecido. Todo un reto para los listos de los satélites, los programadores, los chipteanos, los h... de la g... p... Espero que un día aparezcan y se líen a ostias con todos estos zampabollos y bollos del carajo.
jueves, 26 de junio de 2014
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