es decir, si empiezas a pertenecer de pensamiento y actos a ese Dios católico que todo lo ve pero que no hace nada, te regalan un reloj.
Es lo que la curia ha pensado y el alcalde lo hace efectivo (la compra de los relojes a cargo del Ayuntamiento del pueblo Güejar Sierra, del PP) con cargo al erario público. Los niños católicos se llevan un regalito del párroco y los que no son católicos, se llevan un berrinche. Y es que los niños son niños y no saben por qué de algunas cosas, y poco a poco y a base de trastearlos con dar o no dar, se hacen de un partido o de la Iglesia. Y eso es lo que quieren esta panda de groseros y maleducados. Que desde pequeñitos se aficionen a tener cosa si para ello, hay que partecener a tal o cual grupo, de desparramaos. Y aquí les duele a quienes viniendo de fuera de nuestras fronteras y queriéndose hacer un huequico entre nosotros les decimos a todo que sí, menos a lo concerniente a los curas. Con la Iglesia hemos topado, y deben darse cuenta cuanto antes. De esta forma tan ladina, los creyentes en otras religiones se lo piensan y por supuesto, se hacen católicos para que sus hijos tengan un reloj de las manos de la concejala Estela y del párroco D. Jesús. ¡Achís!, que respondería la cristiandad en pleno.
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