esos ojos que nos miran desde el más allá no tienen nadie que les defienda. Esos ojos que un día miraron como los de nuestros hijos, ahora no tienen nadie que les lleve en la memoria porque, hasta sus madres, fueron objeto del genocidio de sus hijos. Fueron pasto de las mismas personas que determinaron que sus hijos deberían morir porque nadie los echaría en falta. Hoy, esos ojos piden ayuda desde el más allá. Y los políticos están diciendo y dando a conocer que se están haciendo las investigaciones suficientes para llevar a juicio a quienes tuvieron el valor de hacer semejante asesinato. Uno de los que deberían estar más interesado en el caso debería ser el papa Franc -para los amigos-. Sin embargo, no ha habido información, que yo sepa, de lo que piensa el Frater mayor. También en España han salido a relucir los tejemanejes de las monjas con la venta -que tan pingües beneficios, les ha dado-, y robo de los niños desde los brazos de sus madres, o diciéndolas que habían fallecido. ¡Que hijos e hijas de la gran chingada!
martes, 10 de junio de 2014
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