lunes, 16 de junio de 2014

fijáos en la personalidad

del individuo papal, donde brilla por su ausencia. ¡Es un Papa impersonal! El mismo que tiene miedo -ahora-, de que le puede pasar algo. ¡No me lo puedo creer! ¿Quién va a atentar contra el capo de la mafia? ¡Por favor!, no nos dejemos engañar como hizo el Rey el 23F. Una forma de tener a los feligreses en un ¡ay! constante y que tanto les gusta a los gobernantes del planeta, para crear a su alrededor un aura de buenismo y de valor, que achacan a la presencia de Dios, en ellos. ¡Qué hipócritas! Por eso es necesario ir sacando demonios besando a los niños en la boca, ¿no será que los introduce dentro, a través de su aliento? Demencial el hecho, como el de hacer que los cristianos se conviertan al satanismo (judaismo), en masa. De hecho, el acercamiento de la Iglesia con el rabino judío, es de aliento... de cercanía... -dice el argentino, por su boca-.  ¿No es igual que el aliento que infunde, este memo, a los niños besándoles en la boca? Debemos tener en consideración las palabras de estos degenerados, para darnos cuenta de las conclusiones a las que pretenden llegar con sus actos: el inconsciente les delata.

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