lo que bien acaba. Aunque a mi gusto sería mejor definir conceptos. Rubalcaba, como bien sabemos se marcha. El Rey le ha agradecido tantos años proclamando la república para seguir teniendo Rey. Y Rubalcaba le ha agradecido al Rey, tantos momentos y actos desonrososo para que todos ellos -partidos-, se pudieran hacer multimillonarios a costa de que el monarca mirara y se sumara -fue suya la idea-, a robar a manos llenas por si el futuro se anunciaba incierto. De los españoles no han abusado, es decir, no han dicho ni una sola palabra, solamente que intentarán que su hijo sea encumbrado al reino del anterior y a los altares, como a Franco. De esto postulado batiburrillo seguiremos pidiendo república, a sabienda de qué mejor republicano que la propia casa real. Y el que no se conforme, pues que le vayan dando. Mas no tiene intención de seguir haciendo el gilipollas y a la vez de niñera del principito. Ya hace tiempo que viene haciendo un papel que le tiene más que harto, y no va a seguir haciendo lo mismo: porque lo mucho cansa.
En España estamos bien así. Los peperos llevándoselo crudo junto a los sociatas, y la legálitas buscando más cuentas de Bárcenas: que siempre encuentran alguna. Y sin tener ninguna bola de cristal, hemos dicho y repetido que los peperos y los sociatas son amigos hasta en los lugares donde meten la pasta: Argentina, Venezuela, Uruguay... en fín, en toda sudamérica. Por eso les gusta tanto aquellas tierras y les encanta la mezcla que los españoles dejaron por aquellos lares, en tiempo de conquista; y que hoy nos saludan con amables palabras de papito, cariñito, ea ándale, y otras zarandajas.
Estoy seguro que cuando Dios hizo la Tierra, creó el primer ordenador sabiendo que nos convertiríamos en un Sálvame y Gran Hermano, cualquiera. ¡Mira que saben los dioses!
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