miércoles, 17 de enero de 2024

las pirámides

 cientos de hojas de un libro antiguo difícil de descifrar. Difícil de datar.

 
Y cuantas más pirámides vayan surgiendo, de la faz de la tierra, más difícil será ponerle fecha a las anteriores. Es lo que tiene mirar la antigüedad con vista de un niño de párvulo ante la Biblia. Que, hasta la Biblia, a los mayores, nos parece algo irreal su auténtica comprensión lectora, como decodificarla. Páginas escritas en época de Constantino. Siglo IV. (CCCXXV), dc.
Mucho se está hablando sobre las pirámides de Egipto, por ejemplo. Pero nadie consigue ni siquiera ponerle época. 6.000 años estaría datada la era de los hombres que pintaron las cuevas de Altamira. Y no digamos si nos echáramos más para atrás. 
El caso es que cientos de pirámides surgen del suelo terrestre como un acontecimiento sorprendente de quienes nos precedieron en su construcción. Al menos, ellos, consiguieron un conocimiento a años luz del nuestro. Y esto no surge para acomplejarnos... sino para advertinos que nuestros antepasados tuvieron una oportunidad de salir de la Tierra, con rumbo a las estrellas, por algún motivo que tampoco sabemos demostrar. ¿Un Diluvio? No estoy tan seguro que fuera la consecuencia de dejar el planeta con tantos conocimientos que tenía para hacer frente a cualquier acontecimiento fuera de lugar. 
¿Tuvieron parte de culpa la llegada de otros individuos cargados con una pandemia de virus potencialmente perjudiciales para el sistema inmunológico de los terrestres?
Realmente, 
lo que no me cuadra es la datación de los humanos, con las pirámides y mapas que hacen referencia a la esacta posición de los cinco continentes. Sobre todo, porque están fotografiados, como las Líneas de Nazca.
Espero, Dios mediante, me deje vivir lo suficiente para conocer todo lo que se pueda de esos hombres que nos dejaron la herencia de esos mojones de piedra señalando los cuatro puntos cardinales del planeta y la distancia planetaria al sol y otros astros cercanos.

No hay comentarios: