La izquierda más siniestra quiere doblegar a los empresarios que tuvieron, a bien, salir de Castaluña cuando el pulso echado al Estado central y a todos los españoles.
A fecha de hoy, el gobierno catalán, más radical y asaltaestados, quiere obligar a las empresas a volver, sí o sí, a Cataluña, para ser debidamente sableadas por haber abandonado, la Comunidad, cuando el estallido social.
¿De qué forma les quieren esquilmar?
Poniéndoles impuestos abusivos y mandando a un matón comunista a cobrar el impuesto revolucionario. Al modo y manera que hacían los matones vascos cuando, a base de amenazas, echaron de Vascongada, a los empresarios que se vinieron a poner sus negocios, en la tranquilidad de la costa mediterránea.
Ahora los tres matones: Sánchez, Otegi y Puigdemont, quieren que los empresarios sean carne de cañón y útiles de devoción.
No creo que ningún empresario quiera volver a sus orígenes hasta que vean las cosas más claras de lo que están. Y, aun así, si les va bien en las provincias de acogida... vuelvan al redil de estos tres talentosos políticos.
Sánchez, es la mina del Potosí, todo le viene, bien siempre y cuando, sea joder a media España y a la otra media, también. Hace falta ser tonto de vocación y maestro de formación.
Siempre lo seguiré diciendo: con tanta gente como vivimos en España y, siempre, tienen que escoger al más inoperante. Claro, que, sus raices vienen de buena cepa: de un comunista sindital. El mejor maestro para esa inoperancia. No tenemos más que ver, a UGT, a quienes sus empleados le han hecho huelga, con marcha de cacerolada, durante una temporadita, en la misma puerta del sindicato. Increible.
Increible dado que una de las facetas de un sindicato es apoyar al trabajador contra el empresario, en momentos de necesidad. El sindicato pasa a ser empresario al que le hacen huelga los trabajadores y paralizan las funciones.
Ahora, es el presidente quien paraliza las funciones de los empresarios para someterles a una disciplina de comunismo integral. Directamente a la yugular. ¿Lo conseguirá?
Creo que los empresarios españoles lo tienen claro, y aquellos que obtengan una respuesta incorrecta por parte del Estado... mudarán la tienda y se trasladarán a Portugal.
Y, adiosito, Pedrito.
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