no sé como podemos vivir tranquilamente si estamos siempre a un tris de irnos al otro barrio, sin que la parca nos haya llamado a su lado. Es verdad que si siguen así, va a llegar un momento en que tengan razón. Sobre todo porque hay un mogollón de payasos que teniendo la vida corta por su edad... intentan que la población muera si él muere. Porque son así de expléndido y payasos. Con perdón para los payasos que se ganan la vida en las atracciones. Pero es que estar constantemente siendo amenazados por países con armas atómicas, o sectas en proceso de maldición, o tontos, tontos, por metro cuadrado... la vida se nos está haciendo cada vez más negra.
Todos sabemos que los avances son continuos y las tecnologías de la hostia pero resulta que el elemento humano está cada vez más sumido en la mierda mental y en su caos interno. Reproducirlo es fácil con la cantidad de mangurrinos que hay lidiando por las calles y sin argumento para justificar su paseito interminable, cada día.
Así cualquiera puede terminar, como terminan, a balazos, golpetazos y apuñalamientos diarios. Los sufridos inmigrantes que han llegado se están dividiendo las calles y las aceras como condimento de trabajo y gilipollez.
Si es poco lo que nos cuesta aguantar ciertas historias... ya sólo nos queda aguantar a quienes nos desean los peores augurios para dentro de un rato. Con este pensamiento me dan ganas de emborracharme para hacer el trance con más gallardía. Si no me emborracho seguro que perderé la compostura y me pondré a llorar como una Verónica, en pleno viacrucis. ¡Qué poca hombría voy a demostrar! Y a san Pedro no sé si le caen bien los tipos que lloran en momentos de incertidumbre molecular.
¿Pero qué más te da, boludo, trascender ahora o dentro de 20 años?
Hombre, no lo veo igual. 20 años más me puedo enamorar de una robot y hacer vida conyugal en Marte. ¡Fíjate si la cosa no cambia! Cualquiera podríamos tener una nueva oportunidad (...)
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