de los amigos vascos, etarras, de Sánchez. Esos, a los que ha laureado por dejar sobre el pavimento a este panadero, Cándido Cuña, por abastecer de pan a la Guardia Civil, en Intxaurrondo. Toda una proeza de hombres de bien. Y, como hombres de bien, fueron mandando gente a los cielos porque tenían ganas de poder (el poder que les ha otorgado la zurda) y del dinero que acompaña al poder. Toda la juventud de estos hombres de paz... ha sido matar porque era mejor que trabajar. Como Sánchez y su afán de llegar al relato de la historia actual como revolucionario en lo suyo. Alguien que supo, como Zapatero, servir de consejero, cuando no sabía en qué parte tenía la zurda que le representaba. Y es que la historia está llena de mediocres a los que han preparado para servir de perros guía a las masas ingenuas y borreguiles. Por esa similitud en la ignorancia estamos destinados a degenerar las razas, y terminar el ciclo hacia otro cambio elemental de las cosas. Cada estadío tiene sietes niveles y siete subniveles. Subimos y bajamos de niveles desarrollando intelectualidad para ir a formar otro ciclo con sus correspondientes niveles de desarrollo...
Estamos en un nivel de involución último de ciclo, y preparados a dar un salto a otro ciclo nuevo de conciencia; con sus correspondientes siete subniveles. Y, espero, que en ese ir y venir no tenga que encontrarme, jamás, a este mecenas del espejo y la jarana. Mira que han habido gentuza gobernando España, pero ninguno, o casi, ha sido como el memo que nos anima a salir a la calle pidiendo que le encierren y tiren la llave al mar. A la vez que le cantan la canción aquella: "Dónde está la llave, matarilerilerile. Dónde está la llave, matarilerilerón..., chimpón".
En fin, amigos,
estamos pasando un trago importante de tiras y aflojas, de partidos contra partidos, que no sé bien cómo vamos a terminar. De momento la juerga ha dado paso a un incremento de humanidad aunada contra la canallesta inercia de majaderos y siniestros socialistas, que van en sentido contrario a las señales de dirección, pero... aún así... intentan que todo el mundo les acompañe en la dirección contraria. Un resultado de locos, para un estado demencial.
Que la parca nos guíe y proteja.
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