viernes, 10 de noviembre de 2023

"cuando la ley no te protege

 de los corruptos; protege a los corruptos de tí". 
Esto es lo que está pasando en los intersticios de las guerrillas o pandillas catalanas, domeñadas por Puigdemont y el ególatra Felón. 
Aquí estamos el resto de españoles mirando al Lucero del Alba, con arrebato a lo que nos podemos encontrar al siguiente Lucero de la Mañana.
En un ¡ay!, que estamos y, aún viendo, como los socialistos están tan arrebolados por las negociaciones que debilitan el estado de la Nación, de la Justicia y de todo cuanto se menea por las calles; sin conocimiento de quién puede ser...
Esto se lo dices a un zurdo y lo ve tan normal. Los zurdos son gente muy elevada a la alturas papales como para llevar una congregación de ángeles que les defienden o anuncian de los cuatreros, en moto, y tirando de los bolsos caigas cómo caigas. Todos hijos de un mismo Dios que ya podría haber infertilizado esa mofeta callejera. Pero no. Es mejor traer a gentuza que movilicen las neuronas de los posicionados en sofas de muelles y acostumbrados a salir a altas horas de la noche. Pues señor, esos horarios han pasado a la clandestinidad. Si no llevas dinero o pistola para defenderte... date por muerto. Así de claro te lo ponen los divinos hijos que han arribado a las costas españolas. Que yo pensaba (insanamente) que se los llevaría la Iglesia como carne de pedófilo...; pero no se ha dignado en preguntar si han venido vivos o muertos. En esto Dios y el Mediterráneo elegirán. 
El Papa dándole la mano... a modo y manera de Sánchez (¿a una negra?) ...¿Por que sí? (Por cierto: la mano que estrechó de una negra aún está, Sánchez, lavándosela con lejía y salfumán.) Otro gesto de humanidad como el sopapo soltado por el Papa a una chinita, por quererle saludar. 
Y es que, la ignorancia se va mitigando en la medida que vas tomando experiencias del calibre del papado. 
Nunca se debe dar la mano ni a un presidente ni a un Papa. Y, menos, vestidito de blanco, con las zapatillas rosa. Esas zapatillas que provienen o le mandan a los papas desde la Casa Rosada, de la República Argentina. ¿Cómo no va a llevar el Papa las zapatillas rosadas, por Dios? Una deferencia hacia Cristina de Kirchner. Un amor patriótico. Una mariconada.

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