con poquito que nos interese

 cómo va la pataleta de Sánchez por cualquier lugar que quiera mostrar su figura de ególatra... solo tienen que enterarse de las acciones que quiere imponer en España desde, esta vez, Suiza. 

Al parecer Puigdemont ha organizado una entrevista con posibles individuos nada de fiar, para la venta de España, a pedazos. Es muy posible que la entrevista estén presentes una delegación marroquí, una de Hamas, y la presencia inestimable de Rusia. Una delegación de la KGB, de Putin. Recordemos que Putin, allá por el 17, durante el asalto catalán al Estado español, el gobierno ruso, le ofreció al gobierno catalán la presencia de 700.000 soldados si estaban dispuestos a derrocar al gobierno central. Y, por supuesto, al monarca español. Total, Felipe es un estorbo y un bobo, a las tres. Aquí el único que puede presumir de cuerpo, es el orgulloso Sánchez. El mismo, prohombre, que se le ha olvidado invitar a la inauguración del Ave, Madrid-Asturias, a la presidenta y al alcalde, de la capital. El Rey se ha autoinvitado, porque no lo hubieran hecho. Invitarle, -quiero decir-. Sánchez se precia de hacer de Rey y de bufón. 

 Y, como siempre que Sánchez intenta salir a la calle o acudir a cualquier desayuno que le invita uno de los suyos... cierra la calle, el pueblo lo acota, y los colegios tienen que cerrar sus ventanas para que no le tiren las papeleras a la cabeza. Lo intentan disimular diciendo: "que es por seguridad". Seguridad ¿de quién?

Hay que ser cobarde y traidor para darse cuenta de que asumes un papel que te viene como traje al cuerpo. Eres absurdo y ladino, y lo eres porque te has mentalizado a que de esa forma... alguien... te puede apreciar. ¡Ya ves que no! Ni Macron con el que te estabas besando, ha contado contigo para una reunión de presidentes. Y, eso, que se supone que representas la Comunidad. No se fían de tí. No se fían de tus amistades comunistas. ¡Estas solo!