martes, 23 de febrero de 2021

1981, año de bienes...

 y, digo de bienes, porque pasaron dos cosas importantes, en la Valencia de aquél entonces. 
En primer lugar estaba Valencia movilizada !ma non troppo". 
Desde mi otero, en la urbanización Carambolo, frente a la Carreta, a unos once kilómetros de Valencia, se divisaban los tanques carretera adelante hacia la capital.
Ni a la entrada ni a la salida se veían más vehículos que los tanques, como orugas, circular cansinas hacia el objetivo. 
El objetivo fue Capitanía, donde un tanque estuvo haciendo maniobras peligrosas y amenazantes, hacia los pocos ciudadanos que les dio por salir aquel día a ver qué pasaba en su ciudad. Con algunos, a los que escuché, fue una machada; para otros una ofensa y para otros no sabían, no contestaban. Pero, en general y sin saber muy bien qué pasaba, la gente estaba... simplemente...: Alerta.
Lo que vimos después por la televisión fue de un susto supino y de una ingrata sensación de cansancio político y militar.
Fue un autogolpe controlado por Campechano y por su fiel escudero: Felipe González, propuesto para presidente de Gobierno por el propio Juan Carlos. Todo porque a Don Juan Carlos le interesaba hubiera alguien en el sillón del chiringuito, para beneficio de ambos. Y ahí tienes a Felipe viviendo como jamás se le hubiera ocurrido vivir. Y al monarca llevándoselo crudo y con una vida de perro Mis Tetas. Agujero que veía, agujero que tapaba. Y de este modo llegó a convertirse en "La Llave", apodo que le puso Corinna porque le abría todas las puertas y, por supuesto, todo agujero.
Lo bueno de todo aquello fue que el monarca se hizo patente, presente, en  las casas de los ciudadanos españoles, viendo y oyendo, como aquella imagen en blanco y negro, se dirigía a la Nación poniendo los puntos en sus estrellas, enseñas, y galones. Y, de este modo de filantropía, (sin serlo), moraba un interés patente en su condición de monarca. 
Al PSOE le vino Dios a ver, y, a Felipe, la Corte Celestial. Se llevó los dineros a espuertas; conoció los tejemanejes de todo el espectro político y sabedor de secretos  que nunca debieron ser desvelados. A, otro, a quien, a modo de amigo y presunto, le dejó hacerse un kasoplón a su mismísimo lado, en Túnez. 
Hoy son 40 años de aquellos eventos patrióticos que nunca debieron darse...; -como otras muchas cosas. Y, de "aquellos polvos"... -que dijera el cura sociata; a "estos lodos"... -producto de sindicatos y sinvergüenzas.
Y he puesto al principio que hubieron dos eventos. El  segundo fue que, nevó en la zona del Carambolo, mientras veía pasar los tanques a la capital.

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