jueves, 30 de enero de 2020

qué retrógrada es la gente

es lo que piensan madre e hija cuando la gente las ha criticado después de visionado, en redes, el vídeo de la carismática y caritativa forma que tienen estas dos personalidades del placer,  por dar comida a los sintecho; lanzándosela desde el vehículo mientras conducen. 
No entienden las críticas con lo bien que se han sentido ellas a la hora de hacer feliz a esos infelices y muertos de hambre. Que, muy posiblemente, tengan más y mejor amueblada la sesera, que entre ambas madre e hija. Y, sobre todo, lo monas que van las dos maquilladas, uñas de nácar fina, y tontería rebosante de una sutil pátina de superioridad. En mi estado de pobreza inmunda se podrían meter las magdalenas por el puto ano. 
¿Quién cojones las ha llamado para ejercer de madre Teresa? 
¿Quién cojones las ha llamado para llenar su cáliz de ego a costa de los sintecho? ¿Quién cojones utiliza a estas personas para sentirse a gusto por darles un paquete de magdalenas, o un millón de libras, o un carro de un millón de dólares? 
Iros a tomar por el culo todos aquellos que se dan a los demás anunciándoles que él tiene más que tú. Métete tus haberes por donde te quepan y deja a la gente en paz y en armonía con el entorno elegido. 
¿Veis como el buenismo no es bueno? 
Pues no hay forma de hacérselo ver a determinados buenistas del mundo y del corazón.
No me fiaría de alguien que va dando comida sin control. Podría tratarse de dos envenenadoras en serie. Llamaría de inmediato a la policía.

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