sábado, 4 de enero de 2020

la ley del más tonto

esta ley es la que ampara a la mayoría, por no decir todos, de los políticos del amplio periplo nacional. La ley está engüerando desde hace 8 ó 9 meses ya, sin que la haya dado por salir a ver de qué va todo el asunto de la inmovilidad nacional. Y mientras los unos están picoteando en un gallinero disfuncional... hay otros que están dando otro golpe de estado, al Estado de la Nación. Torra en la calle sublevando a los migrantes con ganas de cobrar y comer este día. Es la única función que hacen los migrantes en España. Salvo, claro, el digno trabajo de aparcacoches, robamóviles, pillateríavaria, y hablando por móviles último modelo, de mil y pico de euros. ¡Qué mal están estos pobrecitos migrantes! Estos son los que salen en las fotos izando banderas catalanas provenientes de India, Pakistan, Nigeria, Uganda, Venezuela, Argentina, Colombia, Perú, Marruecos, Turquía, y de la Europa del Este porque allí hace mucho frio y no se puede estar de pantalón corto en las rotondas de las carreteras. Esto tan profético y tan progresista que da asco oirlo decir, ni en broma. Si esta es la España progresista que intenta Sánchez ofrecer con Torra quemando banderas, papeleras y bancos de madera... me da que no hace falta se esfuerce mucho para semejante progresismo político y social. Ah, es verdad que se ha enfrentado, como idea predominante y nueva, contra todo aquello que hace mención a Franco y sus años de gloria. Recuerdo que muchos de estos zarrapastrosos individuos vienen viviendo de aquél franquisco del 78. Camadas de cachorros mamando de la teta de Franco y, ahora, del socialismo. Reniegan de sus calostros, de sus arrullos y un lecho donde dormir calentito. Estos que reniegan de Franco, de las fuerzas armas, son hijos de Franco y de las fuerzas armadas. Pecado capital el suyo, al cambiar de chaqueta para no seguir huyendo, como el valiente Puigdemont. Otro que quedará en la historia (si es que queda historia) como un valiente luchador en la zona costera de Waterloo.
Cuando Dios hizo el mundo y sabiendo que Puigdemont iba a salir por patas por traidor a España, creo a los murciélagos en su honor: mitad rata y mitad volador. Rata voladora. Así sos vos, campeón, Puigdemont. Aquí, Dios, la clavó. Creo que ha sido lo único de interés, salvando a Sánchez, que ha merecido la pena la actuación del Creador. Va, por Tí, que me pienso emborrachar esta parde después de la reunión de los diputados y de la algarabía profesional montada por Torra. Me voy a hacer de la Unión de Consumidores de Coca, en la medida que Sánchez promulgue la era del PROGRESISMO ALEGRE. Creo que ha comentado que va a tirar todos y cada uno de los pantanos que mandó hacer el dictador. Desde ahora todos vamos a ducharnos y a beber agua de botella. Tambien gracias al progresismo socialista.

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