ya se han dado cuenta

Una vez que han visto la imposibilidad de seguir engañándonos con sus teorías de la Evolución de la Especie y Creación del ser humano..., como la teoría de las Edades... no les queda otra que decirnos la verdad. 

Nadie en su sano juicio puede pensar que los resto encontrados en determinados lugares no corresponden a una humanidad más avanzada que la nuestra. Y, no solo eso, sino que han vivido, han deshecho todo cuanto han sido y tenido y nos han dejado restos que dificultan más, aún, nuestra valoración como especie. Estamos a años luz de saber cómo fabricaron o construyeron determinados objetos y para qué.

Que fueron más intelectuales es evidente por su grado de utilización planetaria sin que ésta sufriera alteración alguna. Muy al contrario de nuestro paso por ella que la vamos a dejar como una erial. Nadie en su sano juicio haría de su casa una ratonera o la demolería para vivir debajo los escombros. Nosotros sí somos esa especie intelectual. 

Que el planeta es uno de los más ricos en civilizaciones lo tenemos en sus construcciones en todos los continentes: sobre y bajo tierra. Grandes construcciones de piedra que nos demuestran la importancia de los pobladores terrícolas de hace 20.000 años, por ejemplo. Ni mucho menos es la edad que demuestre que estábamos en pañales. En paños menores estamos ahora por no haber tenido ayuda de los anteriores.

Individuos pobladores que sabían que vivir bajo tierra era mejor y más sano que sobre la superficie. Túneles recorren todo el planeta y que están construido sobre el cieno marítimo. ¿Cómo? No se sabe y ni se sabrá en la medida que no dispongamos de mecanismos suficientes para romper la presión del agua salada. Y si no tenemos esos mecanismos cómo es posible que hayamos salido de la tierra con artilugios de juguete para niños pequeños.

¿Si tubiéramos esos medios no estaríamos conquistando otros planetas, al igual que lo hicieron nuestros antepasados?
El ser humano ha tocado techo y estamos pasando la edad de las sombras...
Vislumbramos ciertos amaneceres pero no sabemos a dónde estamos llegando. Todos son conjeturas y darle vueltas a lo mismo e investigando lo encontrado sin darnos cuenta que perdemos el tiempo con una cosa y con la otra. Ese centramiento no deja ver la periferia.