martes, 20 de abril de 2021

el hombre de las mil caras

 el actor mejor pagado del elenco político español. El único actor que ha sabido sacarle jugo, en tan poco tiempo, a la Industria del Poder. En la Industria del Poder, todos son actores: unos mejores, otros peores... pero actores en definitiva. Les dan el papel para que hagan de su capa un sayo y esto les motiva para seguir vagando, sin rumbo, pero dentro de la Industria. Total, esta Industria, se ha montado con idea de sacarle jugo a todo a lo que se le pueda sacar jugo... Cuando la cosa no funciona..., pues cambian a otra, también, dentro de la misma industria. Expresamente, en España, de estos actores, tenemos muchos que viven de la industria política. Del psoe ni te cuento. 
Por eso hay que hacerse la pregunta de..., ¿qué se necesita para ser actor político? 
Nada. 
Solo se necesita ser un ser inservible, tener una jeta del tamaño de hipopótamo, una memoria de garrapata y gustarle mucho el poder y el dinero. O el dinero que da poder. Pero engordando de libar como el colibrí: un poquito por aquí, un poquito por allá. Es muy ventajoso que todo el mundo hable de uno, aunque sea mal. Esto mantiene en el candelero de los ciudadanos como si de un serial se tratase. Estos actores saborean las mieles del éxito, tanto, como si fueran buenos... Pero da igual porque, quien tiene que mirarles, observarles, no les piden proezas ni grandes alardes de nada. Casi, que, cuanto peor... mejor.. Y, ahí, les tenemos de mamandurria en mamandurria diaria y diciendo sandeces momento sí... el otro, también... Por ellos, es, por lo que la ciudadanía ha adelantado tanto mentalmente. Por eso la ciudadanía puede hablar con total certeza de que las mascarillas son a la pandemia, como Iglesias a la presidencia de Madrid. La  verdad es que no sé qué seríamos sin los gazapos de estos cretinos actores. 

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