viernes, 9 de abril de 2021

descerebrados generalizados

 

En Francia no van a tener ningún problema en variar de vacuna, en la segunda dosis. En según qué edades y habiendo sido inoculados en la primera fase de AstraZeneca, la segunda será con Pfizer o Moderna. Es decir, ahora, da igual que da lo mismo qué marca te pongas y con cual mezclarla. Si eso es así, ¿para qué carajo tanto rollo, tanto mareo, tanta gilipollez? La cuestión es que hay que vacunarse porque la mierda va en todas ellas. Esto es como jugar a la ruleta rusa: primer disparo AstraZeneca y, el segundo, al cincuenta por ciento. 
Jugar con los ciudadanos es una cosa generalizada, al parecer. Da igual en qué país del mundo te encuentres que todos van a joderte lo que puedan y más. Y el que no lo hace, se juega el puesto de presidente o de ministro de Sanidad. De ahí que se vayan amoldando a los revolucionarios consejos que van dando desde el puesto de control de los controladores de mentes. Las farmacéuticas y las grandes multinacionales. Todo el mundo rotando en círculo al rededor de estos enfermizos individuos capaces de mantenerte vivo, como de matarte al siguiente día. ¡A ellos qué más les da! Según les ha germinado la mente Bill Gates, así operan. 
Ahora resulta que la pandemia es cosa del pasado. 
Lo más urgente es despertar a la niña del Cambio Climático, CC, porque es lo que se llevará a partir de ahora, otra vez. Y no van a parar hasta que Bill Gate no derrame sobre la estratosfera el polvo de tiza porque se le ha metido en la cabeza que ha nacido para velarnos la vista de la realidad. Ya llevamos demasiado tiempo viendo cómo derraman cantidades ingentes de polvo químico a la atmósfera, con la pérdida del color del cielo que solíamos ver. Ese color índigo solo lo podemos disfrutar con el último coletazo al atardecer; cuando el sol arrastra la luz, hacia la cárcava celeste.
La cuestión es que todo les está saliendo según lo establecido. 
Todo el elenco de gente mayor está dispuesta, brazo en cabestrillo y rodilla en tierra, a ponerse la inyección sea la que sea. O no haber nada dentro de la jeringuilla. En Chile, expresamente, es lo que les estaban haciendo creer a los chilenos mayores: que les estaban vacunando. En la cánula no había medicamento alguno. Y se iban a casa pensando que el coronavirus lo tenía crudo. Una forma más de infectarles en la creencia de que estaban, realmente, vacunados.
Cuando hablamos de gobiernos nos debemos hacer idea de que ninguno es bueno. Ninguno usa el bien para los ciudadanos. Están elegidos los peores y más descerebrados, porque, en política, solo funcionan los hijos de puta. Son  gente sin escrúpulos, ni miramiento alguno. A su puta bola.
Mientras en Estados Unidos se dedican a ampliar la valla metálica que sirva de jaula a los norteamericanos...; los rusos están provisto de un arma de destrucción masiva: El misil submarino que provoca tsunamis radiactivos. 
Como el mar lo tenemos tan bien y tan limpio, solo faltaba añadirle un nuevo artilugio más para que los sufridos habitantes marinos disfruten de descargas radiactivas y tsunamis de hasta 500 metros de alto, lo que taparía los 93 metros que mide la Estatua de la Libertad. Con este tsunami, sin duda, nos sentiríamos como actores en las películas de Impacto Profundo o el Planeta de los Simios. El caso es mantener a la humanidad en un ay macabro, como demencial.
Lo hemos sabido hace mucho tiempo... que las películas de ciencia ficción no lo eran tanto. Nos lo hacían pasar como algo futurista... cuando ya lo tenían proyectado. Hay mentes que solo funcionan si se vislumbra el mal al final del túnel.

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