jueves, 29 de julio de 2021

basta que se tire un pedo Alemania

 y nos llegue, enseguida, el mal olor. 
Estos días hemos visto como, a Macron, se le llenaban las calles galas de gente pidiciendo su dimisión. 
-¿Por algo en especial?
-Sí. 
-Se le pedía la no existencia de control de la vacuna. Nada de carnet, tarjeta o cartilla de vacunación, y meno, para limitar la movilidad de los ciudadanos por los lugares que pisa actualmente, sin mascarilla, por considerarla innecesaria.  
¿Qué necesidad tiene el ciudadano de tener constancia de su vacunación si no la ha tenido para las    anteriores pandemias o epidemias?
Pues basta que no han salido en Francia los ciudadanos a decirle a Macron que rectifique en su propuesta de control sanitario...
No ha aparecido el socialista comunista, Sánchez, a imponer lo mismo que Macron.  
Es normal que ellos se apoyen los unos a los otros porque obedecen las consignas de los mismos              psicópatas. 
Lo realmente paranormal esta en que se imponga la vivencia  de un escrito del siglo IV, en La Biblia: El libro de los papas. En el que se narra lo que están llevando a la práctica como almas pertenecientes al demonio, con su número 666. Dentro de poco veremos descender a Jesús de entre un cúmulo de nubes con todo Su poder y Majestad. Hologramas a tuti plen y en todos los rincones del planeta. Toda una puesta en escena, recreando los pasajes bíblicos que no se cree ni Dios.
Hasta este siglo llega la subnormalidad de los judíos, con toda esa patulea de santones idiotizados hacia un mundo donde el poder Total lo quieren obstentar ellos, es su afán repetido hasta la saciedad, como pueblo elegido; un sacrilegio para saciar su sed de poder y sangre. Por que, en  todo esto, esta integrada una gran cantidad de psicópatas peligrosos y pedófilos agresivos...: Componentes de la formación luciferina y creadores de las Agendas 2030 y 2050.
Y como no hay dos sin tres, los políticos australianos están demandando que los no vacunados sean totalmente controlados. Como si los vacunados no lo fueran a través de las inyecciones con mierda que les han metido en el cuerpo. Que si tuvieran vergüenza no saldrían de casa ni para mear en el árbol. Perros, perros hasta decir basta. Y, encima, inservibles para absolutamente todo. El demonio va a sentirse contento con tanto despilfarro de carne con ojos y mentes vacías. 
Total
El diputado australiano Pangallo dice que las personas no vacunadas "tendrán que ser controladas y restringidas" por las autoridades. Pasan a ser ciudadanos de segunda clase, aunque paguen como ciudadanos de primera. Por lo que el pasaporte de vacunas será crucial para evitar que el país sufra una "catástrofe sanitaria y económica".
Todo menos denunciar a China por hacer de ángeles del Apocalipsis, trayendo la peste, la ponzoña. 
Sigue el australiano Pangallo diciendo: "Tengo entendido que la gente pensará que este es un paso bastante drástico y draconiano (sobre todo draconiano... a saber por qué lo llama así), pero esta pandemia continúa evolucionando de manera y ola que nadie puede predecir". 
Tal vez porque este señor no sepa o sí que los vacunados vuelven a contagiarse de la misma enfermedad, (y de otras como la trombosis), llevando a muchos de ellos al cementerio. Que es el lugar elegido para mandar las almas al cubículo infernal, donde les espera el demonio vestido de gala, cual drácula en festividad de sangre. 
Como estamos observando todos los continentes están infectados de políticos peores que pandemias. Mojones diarreicos que no sirven ni para fortalecer la tierra.
Pues en estas estamos y prediciendo todos, un traspaso de vida sin vida, dado el control operado contra el ciudadano de a pie. Aunque, estos no se paran ahí... también caerán esos que se crean irreemplazables por su entrega al poder Totalitario. 

Ciudad australiana a 800 kilómetros de la más cercana, ha sido cerrada por tres días, por un caso de coronavirus. Todo un soberano de oro para los descendientes de presidiarios que fueron dejados por los soberanos en Australia para vaciar las cárceles. Ahora resulta que, éstos, dejan como mariquitas a sus antepasados tan machotes y asesinos. 
Qué vida, ¿verdad?
Pues a seguir viviendo, para seguir contándolo.

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