no solo era el miedo que la gente ha cogido, con razón, a este virus del demonio, sino que nos han llevado a otra pandemia mayor que ha sido ver en el otro a un contaminante; romper con el saludo masón de dar la mano al amigo o compañero o presentado... Han llegado a obligarnos hacer payasada como la construcción que vemos en la imagen, como antídoto al virus.
El coronavirus, dijeron, se contagia por el aire: somos fumigadores... Por lo que considero que si somos todo eso y el virus está en el ambiente, ¿por qué tenemos las ventanas y puertas abiertas? ¿Por qué llevar mascarillas en la calle y no en casa, teniendo todas las ventanas abiertas...? Aquí tenemos un iglú plantado con puerta abierta. ¿Tienes sentido? Yo no se lo veo.
Ahora resulta que España está invadida de marroquís que llegan sin careta y sin protección alguna. -Y no pasa nada-. Somos los europeos quienes estamos contaminando el planeta. Si es así ¿por qué vienen tantos marroquís, ¿a contagiarse, porque quieren vacunarse y el monarca no les compra las vacunas?
Es un sinsentido.
Un sinsentido como el descerebrado de Sánchez y Marlaska. Todo un acopio de voluntades y unas cabezas todo huecas.
Pues todo esto ha traído un agobio a muchas personas que les ha ocasionado problemas psicológicos y un mal rollo físico. Ya veremos qué secuelas dejan las vacunas y de qué tipo. Nadie habla de las muertes que han habido por el contagio, pero tampoco lo hacen con aquellas que las vacunas han producido. Todo por tapar la Gran Mentira y el colapso financiero que ha sido el eje de todo el mal. Espero que Bill tenga los beneficios que estaba considerando obtener de la enfermedad o no, de los sufridos ciudadanos del mundo. A estos, a quienes les deseo todo el mal que pueda aguantar un ser humano.
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