miércoles, 2 de febrero de 2022

2.100 millones ha dado Sánchez a los andaluces

 ¿Habrán caido todos, como lotería, en el pueblo de Calvo? 
Me extraña que le vaya Sánchez a hacer un regalo al PP, en esa comunidad. O sí; vete tú a saber. 
Lo que me ha llamado siempre la atención ha sido el ánimo de los partidos a ocuparse de esa autonomía. ¿Por qué? 
¿Será por el vinito dulzón de sus bodegas? 
¿Será porque se puede gobernar trincando sin que se entere nadie, como hasta ahora? 
¿Qué tiene Andalucía y sus habitantes? 
Según Torra los andaluces eran menos que mierda. Vagos hasta decir ¡basta! Gandules, vividores, juerguistas... Un derroche de adjetivos que les encantan a los andaluces, y eso que, Carmen, la de Cabra, es cordobesa. A lo mejor es que los cordobeses son más del gusto de Torra. Del gusto de la élite catalana. Esa élite que tiene la sangre azul y la fisonomía tan parecida a los daneses. Aún se están partiendo la caja de un ataque de rísa en el Parlamento danés.
Tanto como la nobleza bufona. 
Y no es tontería que los bufones hayan existido para hacer, como el fútbol, que la gente olvide las penurias por las que está pasando. Para que la gente medio en rísa, medio en broma, se olvide que le están amenazando desde su interior. Le están haciendo creer que lo que le pasa no es verdad. Que puede tener un futuro próspero a lomo de un caballo blanco, mágico, que le transportará a un mundo de abundancia, de libertad...; al exilio del mundo en el que mal vive. Y para eso le van alimentando como a un pajarito: ora le dan alimento, ora le dejan viajar, otrora le dejaron llevar un coche... Pero ya no es el mismo personaje de ficción que le han creado en su interior. Ha despertado cuando le han regalado una pandemia para que se muera, lo antes posible. Cuando le están encauzando a un mundo biotecnológico. Esto sí que es magia. Unas máquinas que le desplazarán directo a la chatarra; aquellas que le iban a hacer más felices, si cabe, le inutilizan como si fuera otra máquina gastada y fuera de servicio. Sin embargo, esta máquina humana, no tiene reinicio. Está fuera de servicio para todo. Y, por supuesto, dependerá del Estado: Dueño y señor, de las máquinas, que le han desplazado como a un inútil.
Todos estos personajes adjuntados a esos escudos, ordenes reales, sectas diabólicas, son personajes de ciencia ficción, porque el escudo que les acoge y les representa como bufones... son bufonadas. Están vacíos y lo saben. Pero nosotros estamos muertos, y, también, lo sabemos.

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