De momento lo que nos debe alejar de este energúmeno del Papa son sus palabras y sus acciones. Decir que Jesús murió porque no había cumplido con el mandato del Padre, es menospreciar toda la vida y milagros de ese Jesús. Tal vez, el papa, tenga conocimiento de otro Jesús y sea otra la historia a contar.
Pero como es argentino doble, tiene poder para decir eso más. Otra cosa es que los católicos se traguen las boberías de las que hace gala un argentino. Dicen algunos escritores que todos llevamos un argentino dentro... y así nos va; imaginaros qué puede decir uno que es argentino y lleva otro argentino dentro: doble estupideces y majaderías.
Tampoco sus hechos son mejores. Hay vídeos donde el santón da palmadas contra la mano de una china que quería saludarlo. No es ejemplo de sabiduría ni de gratitud, ni de nada. Tiene un rostro de viejo decrépito y satánico. Nunca dejaría que viniera a España a remover los espíritus de los cementerios.
Recuerdo cuando le hicieron Papa, en la plaza de san Pedro le dirigieron hacia un chico en silla de ruedas porque estaba endemoniado. Para sacarle el demonio le dio un beso en la boca. No le dejaría, ni por mandato divino, que le dejara besar a un hijo mío. Son todos unos pedófilos, unos satanistas, unos racistas de mierda. Pero ¿qué podemos esperar de una Iglesia que se ha levantado de la mentira, las putas y los asesinatos? ¿Qué tiene la Iglesia que se parezca a los hechos de Jesús? Nada. Y si resulta que el que tiene que dar muestras del poder simbólico de ese Hombre, le tira por tierra... aún menos. Recordemos que quienes le crucificaron fueron los Sumo Sacerdotes del Sanedrín. Los papas y el Vaticano.
Pues todos esos leguleyos religiosos, se están comprando tierras en Argentina, justo al lado de los nazis de Hitler. Todos en la Pampa. Todos los asesinos y traidores juntos. Me extraña que no se deje ver, de vez en cuando, por allí, este símpático viejito de Bergoglio. A éste no lo quieren ni en el Infierno. Al tiempo.
Dice que el año próximo, por agosto, se vendrá a Santiago, pero no a España.
Si es un insulto, se lo damos todo para él. Espero venga tanto a España, como yo a Argentina. Al carajo, carajote.
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