sábado, 21 de abril de 2018

todos a una como en Fuenteovejuna

El terrorismo es una de las lacras mayores que tiene la humanidad. Sobre todo, porque el terrorista es un individuo con miras cortas y cerebro estrecho. Ahí tenemos la prueba entre los españoles de Cataluña (independentistas) y los españoles del País Vasco (etarras).
¿Somos todos españoles? Si, ¡claro! 
Pero no tenemos los mismos pensamientos los unos de los otros y eso que hoy..., la gente viajamos más y nos comunicamos mucho y mejor. ¡Y no digamos a través de los ordenadores y los móviles...
¡Bien!
¿Qué quiere ésto decir...?
Pues que en el País Vasco y en Cataluña esta prohibido hablar con libertad en las calles; una forma de dictadura encubierta como la dictadura encubierta en la Constitución y de la que se aprovechan los políticos.
Esta disfunción eréctil político, ¿quién la padece?
El resto de los ciudadanos. La grey. Aquellos que sin fuerzas parlamentarias  serias y leales y legales... pongan rumbo a este desbarajuste político.
Por esta dejación de legalidades el Presidente ha permitido que Cataluña se convierta en un enjambre de yihadistas, ladrones, traidores y salteadores de estados. Y en la misma proporción, los etarras...; aquellos a los que llegó a decir Rajoy: "España no os debe nada". Pero que, sin embargo, les están inflando de euros para callarles la boca.
"Y de aquellos polvos estos lodos"... Vienen a insultarnos al pedir perdón a la ciudadanía por aquella sangre derramada por los intereses de la Iglesia y el poder. 
¿Por qué han dejado las armas? 
Porque el poder se lo han dado entre Zapatero y Rajoy. 
Y una vez conseguido el poder... y hartos de euros... piden perdón, ¿a quién?, a ellos mismos. Una forma de enderezar culpabilidades pero no, cara a las víctimas... Las víctimas son daños colaterales necesarios para llegar al poder, y el perdón de sus almas en la Iglesia de mierda y cobarde que tiene Dios en esta tierra de besaculos y mierdosos. Una Iglesia de asesinos pedófilos que envia sus matones contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con garantía de desunión para el arriendo de beneficios. Una Iglesia que nunca tiene bastante... son los descendientes iscariotes.
Espero que los medios libres levanten la voz lo suficientemente alta para llegar a los oídos más sordos del planeta para animar voluntades y poner fin a este nido de carroña que está descomponiendo la piel de toro, que forma España.

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