
¿Quién cojones es la monja que le ha comprado esa falda de putón de barrio al pobre crucificado?
(Debe ser la monja catalana; esa que desafía al gobierno central poniéndose el taparrabo de Puigdemont.)
Osea;
no basta con sacarle todos los años para reirse de Él que, encima, le compran falditas de paño de cortina, hasta la rodilla.
¡Hostia puta!
Claro que, bien mirada la imagen, van todos de despedida de solteros siendo, el Cristo, la bedette principal.
En fin;
hay que dejar de hacer el imbécil algún año y empezar a ser personas normales...; por muchos dineros que no ganen los empresarios dedicados a judear.
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