defendía a la monarquía esta misma maña dirigiendo nuestra mirada al punto de la diana entre La Leti y La Sophia.
¡Cuidadín, cuidadín...!, nos aconsejaba el periodista porque a tenor de lo dispuesto por la justicia alemana contra la judicatura española... era para ponerse del lado del Monarca y cerrar filas.
Las disputas de la realeza en plena calle y delante de las cámaras no es nada noble...; más bien adolece de entendederas entre la regente y la despachada.
La nobleza esconde siempre sus malos rollos y al pueblo no nos gusta que la realeza esté en plena calle tirándose de los pelos por que parece algo de mal gusto y pésima imagen. Y la gente vivimos de imagen y sobre todo... la que a los padres putativos, se refiere.
No podemos echarle la culpa al pueblo por criticar a las reinas (dos) enfrentarse por culpa de una instantánea entre la abuela y la nieta.
Yo no sé por qué el protocolo del que dispone la Casa Real no les insta a seguir sus consejos en vez de dejarles que se despellejen en cualquier lugar, sitio o panadería. Porque hoy, sin ir más lejos, hay ojos que todo lo ven en cada bolsillo de americana, bolsillo trasero de pantalón o agarrado a los bajos en curvatura o arco del triunfo.
¿Por qué a La Leti no le sienta bien que su suegra (Real) se haga una foto con las niñas o nietas? ¿Qué hay de malo en ello? Eso es, precisamente, lo que el pueblo demanda.
Nosotros queremos saber qué se cuece de puertas a dentro de la Zarzuela. Quién canta bien, quién desafina, por qué se castiga a alguien y si las niñas son tan estúpidas como aparentan.
Pues todo eso... por mucho que al periodista -(que me mola)- no quiera nos metamos con los atletas pugilísticos reales.
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