lunes, 12 de noviembre de 2018

España 2000

está mandando recado a todo español que se precie de acercarse por la plaza del Ayuntamiento  a una clara muestra de españolismo. 
-"El que sea y sienta español... que nos siga"-: lo divulga alguien que, si por la Policía fuera, estaría en la cárcel hace años. Como tantos vigilantes que han tenido la mala suerte de ser esponjas de engorde animal, y animales de compañía. No pude llegar a creer que los que apaleaban a emigrantes, terminaron dándoles de comer por recibir ayudas del Ayuntamiento o Generalidad o Diputación.
-"Y es que la pela es la pela: que dirían nuestros amados hermanos catalanes". 
Otro que vendería el alma al Diablo con tal de que le asignen el mote de "El cojo". ¡Una vergüenza de persona como otra cualquiera!
Esta llamada tiene de españolismo, lo que de españoles tienen los africanos, yihadistas, sureños... que ratean por las calles de Cataluña. Un llamado a insuflar metralla en las mentes de los asistentes. Como ondear bandera proclama nacionalista.
Últimamente veo mucho cambio de chaqueta, inestables amiguismos de conjuras y de sables envainados. Soy reacio a la revuelta, como al silencio que la precede. Los augurios no son buenos. Todo el mundo cierra boca y aprieta culo. "Un ¡ay!, llévenme los difuntos", resuena en el silencio de las plazas y callejuelas. Hasta los más inocentes se dan cuenta que los pájaros han perdido rumbo. Las gaviotas ya no pescan en alta mar, se vienen a los estercoleros a llenar buche y saciarse de las miserias de los humanos. En los barcos de recreo se acercan a comer, de mano, el mejillón rosado envenenado de los caladeros gallegos. Y hasta los objetos volantes no identificados, que alumbrara el Pentágono ha un año ya, cruzan a ras de agua su, Non Plus Ultra, sin que nadie le preste la menor atención. Tal vez, sí, un helicóptero que remueva agua bajo panza con desequilibrio marinero... Todo lo demás es otra cosa, que no remueve pensamientos ni intenciones...
Algo se cuece y no son garbando de cocido. O, al menos, es lo que quieren que pensemos.

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