La verdad es que estamos muy agradecidos a Amancio Ortega por su disposición a engrandecer y favorecer a las clases más desfavorecidas de la sociedad. Una sociedad que se alimenta del trabajo como medio de valor ético y de libertad personal. Nadie quiere nada gratis porque de eso dependen los favores posteriores. Si Amancio quiere tener su conciencia actualizada debe pagar adecuadamente a los trabajadores que le trabajan y, embaucarse en abrir centros de coste y mantenimiento privado: con deriva a beneficiar a una parte de la sociedad y no, de dependencia pública. Me chirría cuando pienso que Amancio puede estar blanqueando dinero de esclavizar a otros; del blanqueo de determinados chanchullos y espero que no vaya más allá de droga, trata de personas o venta de armas. Todos tenemos a Epstein como modelo de perversión, acercándose mucho al buenismo de Ortega. Hay, creo, muchas maneras de distribuir el monte de beneficios sin que se entere nadie. Hay gente que ha donado dinero para niños en proceso de operaciones y nadie ha sabido quién ha sido el benefactor. ¿Por qué, pues, tiene Ortega que comunicar sus beneficios (a saber Dios cómo los ha obtenido) a través -nada menos- que de las administraciones públicas y de quienes las gobiernan? Hombre, decir que Amancio tiene buenas migas con Feijòo... no sé si sería buena propaganda para el Señor.
En fin;
si después de retirado todos los pagos -en impuestos- Amancio quiere ir regalando los dineros...: está en su pleno derecho. Tal vez debería (como pensamiento en alto) proveerse de un barco para dinamitar los barcos negreros que faenan en el Mediterráneo; siempre y cuando, Amancio, no tenga amistades peligrosas con la Iglesia. Que ya me extrañaría. ¿Si las tiene con Feijòo?, no sé bien que pensar.
Amigos;
Amancio deberíamos elevarle a la altura de Presidente de España dado el nivel intelectual que maneja... -muy por encima del inútil de Sánchez-; y del nivelazo que tiene a la hora de ganar dinero para regalar. Yo me propongo para sobrino hereditario de los bienes de éste: mi tío Amancio.
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