viernes, 6 de septiembre de 2019

acabo de recibir

la noticia del asesinato de dos voluntarios o cooperantes de Acción Contra el Hambre, en Etiopía.
Decir me alegro sería muy fuerte porque no es así. Pero que lo que nos pasa a los españoles es menos de lo que nos tenía que pasar: estamos en ello.
El buenismo no es bueno.
Esta frase define claramente que España es un Estado en el que la solidaridad está por encima de cualquier español. Y nos pasa lo que nos pasa. La respuesta de los hijos alados en manada-violadores de Alá y otra castuza de homo erectus no se merecen ni el agua que puedan beber. Pero como estamos gilipollas pues nos lanzamos a la aventura de difusión buenista a todo bicho viviente que existe en el planeta. Hay gente que está en el medio que está porque su condición mental no da para más. Sin embargo, conquistar, debe ser nuestro ADN condicional. Vamos... -digo yo-.
La cuestión es que la ONG buenista donde estaban metidos estos dos individuos seguirá mandando gente a ese continente africano para ver si los habitantes simios se comunican o se dejan relegar a un chimpancé de laboratorio.
Las autoridades españolas deberían poner freno a la urgente necesidad que puede adquirir una persona para ir a otro país a joder la marrana a los allí congregados. Bajo renuncia a hacerse cargo de ellos si llegan a matarles o comérselos. La entropía negativa no es vocabulario de masas sino de un proceso gilipollesco que asume una persona por no pensar lo que hace.

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