lunes, 25 de marzo de 2019

nada me extraña ya...

Menos mal que los españoles estamos en todos los sitios (máxime con todas las Embajadas que ha abierto Cataluña, para esconder a algunos de los Independence Day) y, con ello, poder  rescatar al Monarca en su visita a determinados países, entre ellos Argentina, que no deberíamos tenerla en simpatía por su desplante al Rey. Yo entiendo que sea muy difícil estar o ponerse a la altura de un Jefe de Estado, como Don Felipe. Que pueda dar envidia por su altura, saber estar y buen mozo. Como es muy difícil ponerse a la altura de su esposa en belleza, figura y garra; por muy plebeya que pueda ser. Y ello nos lleve a pensar que la envidia es mala consejera en cualquier parte del mundo y en cualquier estadio. Máxime -pienso- que en el político.
Un desplante de Mauricio Macri y esposa, es ponerse a la altura de un independentista catalán. Y eso es la peor situación en la que se puede caer un dirigente político, con un Jefe de Estado. Que lo haga Torra es normal porque no es un animal de compañía. Pero..., hombre, todo un Jefe de Estado español se merece otro recibimiento.
Bien es verdad
que nuestros reyes están de vuelta de todo ese mundo de trato barriobajero  y peor demostración universitaria. ¡Con tanto como presumen los argentinos en España de su nivel medio en psicología! Tanto, como aquél, que doctorando en la Fe Nueva de Valencia, y no tenía estudios de medicina. Me pregunto quién es el que le paga el sueldo, le da sala y recetario. Al, parecer, de este último, tiraba a base de bien. 
Hacemos mal en acoger a semejantes especímenes en vías de catalogación. Aunque es entendible que ser argentino no es una bicoca.
¡Los españoles con el Rey, siempre!, menos Cataluña, que tanto curro les está costando. Y, espero, lo paguen con crece.

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