viernes, 1 de marzo de 2019

Cristina Cifuentes

da una rueda de prensa para comunicar a todos los chorizos y "pecadores de la pradera", tengan a bien dejar sus partidos y escaños por culpa del trapicheo político, los abusos de poder,  los masters falsificados, y carreras sin terminar. ¿Qué mejor medio para comunicar que causa baja en su partido..., aunque la ley la dará la razón? Pues si la ley te va a dar la razón no te vayas del partido... vamos, -digo yo. ¡Aún cuando sean las que salen por las que entran...!, la grey ha dejado de pensar en la vida privada y secreta de Cristina Cienfuentes… Y, es, en ese momento, en ese instante, cuando vuelve a resurgir la figura de una Cifuentes restaurada, renovada y dispuesta a ocupar, a retomar, la imagen dejada en el éter del PP por Madrid. ¿Es solo achacable a Cifuentes? No. Todos operan de la misma manera cochambrosa y poco ética. Pero como la ética y la moral solo estaba escrita en la Tabla de la mano izquierda de Moisés, perteneciente a la chusma, a la vasca, a la grey quejumbrosa y no... a los divinos ángeles caídos de Adán escrita en la Tabla derecha.
Son de un esperpento  caracterizado por la presentación de una realidad deformada y grotesca y la degradación de los valores consagrados a una situación ridícula, en forma de toro de oro. Moisés rompe las Tablas, cuando baja de la cima del monte Sinaí. Pero son inmediatamente restituidas con letras  a fuego. La Ley debe estar por encima de cualquier estamento, persona o grupos. Si no es así, se rompe todo vestigio de normalidad, respeto y autoridad. La Constitución sería el toro de oro al que los judíos tomaron como deidad; la Ley, el Moisés, que debe velar por el cumplimiento del contenido constitucional. Si no es así, seremos un pueblo a la vela del viento y de un sínodo perpetuo.

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