domingo, 24 de marzo de 2019

¡la mente la carga el diablo...

con balas de miedo!
El otro día venía de tomar unas copas con unos amigos y detrás tuve a una mujer que seguía mi propio camino. Desanduve un poquito para ver qué reacción tenía y ella se detuvo también. Entré en pánico cuando se fue acercando y me sobrepasó. Pero tuve aún, más miedo, cuando la tuve delante. Es lo que me ha traído a la mente este estúpido feminismo de mierda, que descontrola a quienes las hemos oído decir y demandar, chorradas, para sentirse más (¿...?) dentro del feminismo nazi. 
Ya no voy seguro por la calle si, detrás o delante, llevo pegado un ente con faldas. ¿Por qué? Porque no sabes cómo te va a responder. Es capaz de tirarse al suelo o sacarte una navaja y decir que has intentado agredirla. Es el falaz sentido que ostentan de agredir al patriarcado. La representación del hombre. Cuando en sus filas hay más hombrunas que hombres normales. Y, creo, que esto es, lo que las hace imbatibles con el sexo contrario. Son peligrosas..., y de las que echan la culpa a la Iglesia de sus nacimientos horteras. 
Al grito de "la Iglesia no nos deja comernos la almeja", es a todas luces farragoso y falto de inteligencia matriarcal. La Iglesia no se inmiscuye en tus asuntos de cama, porque la Inquisición dejó de existir hace lustros. No sé a qué berrear contra un estamento o particular, cuando vuestras comidas de coño las hacéis en privado. No le veo al Papa metiendo sus narices en vuestros saraos lésbicos. Pero, os dirigís al clero porque es lo único que os queda ya...: para llamar la atención; una atención que si no tenéis es por culpa de una merma de capacidad craneal. Pero esto de la merma es culpa de quien la padece y no, de aquellos que se valoran lo suficiente para competir sin peligro de extinción. 
Pues es esta merma, en recurso, la que me da miedo cuando veo o distingo una tía detrás o delante de mi persona, cuando ando por la calle. Ya somos legión los hombres que nos pasa este mismo pensamiento de temor y duda referenciado a la figura femenina.  Luego, tal vez, no sea feminazi, pero mientras tanto perjudica seriamente la salud encontrarse con alguna por la rue. Creo que deberíamos solicitar a la administración competente, la adecuada y mínima actividad de las mujeres por la calle a ciertas horas de la noche. Considerando que son las autoproclamadas denunciantes por falsa agresión. Quitado el perro se acabó la rabia. ¡Vamos pienso yo!
En caso de que solicitaran salir de casa en pandilla...: debería ir un contingente de policía local, abriendo y cerrando círculo. Con intención de que ninguna pueda dejar el grupo sin ser apercibido. También, -a medida que voy escribiendo-: se les puede colocar una pulsera como les ponen a los "agresores" que salen de la cárcel por falsa denuncia, y con condena de llevar "pulsera" para alejarle de la mentirosa y farsante denunciadora de malos tratos. Pero, para ellas, es conveniente una correa de cuello-perro-pincho y con wifi incorporada. Para que desde la central de inteligencia la persiga allá por donde Dios la enseña paso y distraiga de sus mamarrachadas. 
¡Qué los hados escuchen mis peticiones, y que, el Creador, lo ratifique!

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