martes, 21 de enero de 2014

España tiembla

Tiembla, España, tiembla; pensamos los españoles con el presidente tan ambiguo que nos hemos asociado. Criticado en medio mundo y el otro desoyendo o pasando de nosotros, que es lo mejor que podían hacer. Como Rajoy pasó del dedo de Aznar a presidente de España, y posteriormente presidente de las Islas Salomónicas, se le acumula el trabajo y no tiene tiempo de centrarse. Todo el mundo intenta sonsacarle cosas y él está que no está.
El Gobierno confía en que la Audiencia evite a la Infanta el 'paseíllo'Ante la pregunta de una periodista sobre la imputación de la Infanta (menuda majadera), Rajoy se posicionó (como no) en los albores de la democracia (pateada por todos los partidos del país, y como no de Mas) diciendo que la imputación no es culpabilidad. Una forma de tirar balones fuera, si realmente no estuviera él implicado en los sobres marrones (color de la mierda), así como sus homónimos del partido y del otro y del otro... etc.
Esta mangante, que lo es, por mucho que la justicia nos la envaine a los españoles, está  obnubilada en los ejercicios que tiene con su chori colega Urdan, alias el empalmao, y mantiene un cuadro distinto cuando labora en la Caixa. Es decir, tanto monta, monta tanto, tienen doble personalidad como le pasa al Papa. Éste ha cambiado de país, se ha cambiado de nombre, la profesión y habla dialectos raros. O está poseido o está en busca y captura.
¡Vaya panorama se nos presenta a los españoles de la vieja España! Menudo atajo de memos tenemos en las cuadras de la política y sus construcciones.

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