y más cuando ha visto que de sus filas se va yendo gente al otrora partido VOX, con nombre de enciclopedia rimbombante. El partido se desinfla como las tetas de la Cospedal, cuando se ha dado cuenta de que se le viene todo en cima, como los 500 despidos que hizo en indiferido. Aquellos que echó, ahora tiene que readmitirlos, y con caracter retroactivo. Toda una miasma pútrida en las aguas del Tajo. Pero como a la Cospe no le llega el hedor, de los muertos en el río, porque ha puesto una máquina que destila olores aromáticos entre el cauce y su mansión, solo son los pechos los que sufren las tensiones que la justicia, por un lado, y la ciudadanía por otro, le están produciendo alteraciones homoplásticas, que devienen de la plastelina que se ha puesto para embellecerla. Pues bien, esa plastelina es la que le está dando dolores de espalda y de cabeza. Ha dicho a nuestra redacción los 18 guardias civiles que custodian la mansión, frente el histórico Toledo, y que dormitan en la caseta del perro que es tan grande, dicen, como la Casa Cuartel. De ese modo tan pintoresco y coloquial se han definido la benemérita cuando le han preguntado si comen de lo mismo que el caniche: de lo mismo; han dicho al unísono los 18 miembros. Todo un lujo sabiendo que hasta al perro le deleitan diariamente con champán francés; que no del catalán que les está haciendo boicot por su mal comportamiento frente a Rajoy. Y que sepan: dijo la toledana, que a Mas no le va a escribir nunca Rajoy, esas cartas de amor que le venía pidiendo. Rajoy se ha sumido al gayrismo negroide de Obama y al rudo de Putin.
¡Señor, esto de la política es como descifrar las tablas del Bosco, en el Jardín de las Delicias!
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