El mitin de VOX en Valencia, para la europeas, no estuvo a la altura de otras veces. Y, sobre todo, pensando, que VOX aquí gobierna.
No voy a echar la culpa a nadie porque no pertenezco a la formación de Abascal. Aunque cada vez que ha habido un mitin he estado presente.
Creo que VOX, y así se lo expresé a un militante del partido, tiene muchos simpatizantes pero no le vota. ¿El motivo? No tengo la más nimia idea. Lo que sí me parece que los militantes, en Valencia, tienen muy poco que hacer dado que nunca se muestran en la capital. Estando donde se encuentra la sede deberían estar cada día saliendo al balcón para llamar la atención de que allí está la guarida del malo malísimo... sirva la ironía.
En Valencia no hay nadie que hable de VOX ni bien ni mal. Indiferencia total al partido verde. ¿Culpa de quién? Pues de sus representantes que prefieren el anonimato (no sé si por seguridad) pero no aparecen por ningún sitio... Nunca...
Espero con agrado que Abascal tenga suerte en las europeas y pueda hacer frente a la izquierda de Sánchez. Sánchez no debe tocar Europa ni en foto. Creo que Buxadé tiene la vísceras suficiente para poner en lista de espera, a los socialistas.
Milei consiguió poner firme a Sánchez y los españoles los bemoles para alejarle de España.
¿A por ellos, carajo!
A por los que vienen diciendo que Europa necesita a la izquierda de ETA, a los separatistas catalanes, a los de Hamás, a los hutíes... a toda la rama violenta del mundo que al PP y a VOX. A este individuo, a Sánchez, se le ha ido la olla y no le cocina bien.
Ahora solo le queda hacer de Palestina una Nación o Estado en la que nadie, excepto tres países, contando España, les quieren bautizar como tales. Y, claro, eso es mejor que equipararles con Israel: que es una democracia. Pero, claro, comparativa como la española pues la verdad sí llegaría a ser la Palestina de Hamás.
Hace falta ser díscolo e idiota a la vez. Pero aquí lo tenemos para un rato de años.
Por favor
que alguien venga a España, y no solo Zelenski, y nos saque de este atolladero como lo está viviendo Ucrania con Rusia.
En fin,
no sé cómo hemos llegado hasta aquí, pero la desgracia es que tampoco sé cómo vamos a salir de esta. Como bien recomiendan los sudamericanos, en estos casos, es ponerse en manos de Dios, y que Él decida.
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