este socialismo de "lo mío es mío y lo tuyo nuestro" es bastante popular. En el vídeo tenemos a la señora y al señor enzarzados en una disputa sobre la vivienda en Madrid, en este caso. Ella, que no puede pagar el alquiler y, él, que estima: como así lo dice, que era consciente de lo que estaba firmando. Y, del dicho al hecho, volvemos a la especulación que hay en los alquileres de viviendas. Una cosa son los alquileres de vivida de protección oficial que los Ayuntamientos levanta solo para alquiler social, y otra, la vivienda de propiedad.
La vivienda de propiedad particular
está sometida a la especulación que el propietario considere que tiene en ese momento los alquileres. Que es a lo que se refiere ese señor del vídeo. No se puede tener una vivienda alquilada y pretender aprovecharse del propietario. Que sería una fórmula igualitaria a la patada en la puerta... pero más elegante. Hago contrato, a la terminación del mismo me hago el sueco o sueca y obligo al propietario a dejarme su propiedad en herencia. Porque intentaré no irme de rositas. Pero, claro, como no soy el propietario ni intento ponerme en su lugar... comienzo el baile de los niños, la pareja, la separación, las juergas, la mudanza... etc. Todo un baile de fantasmas contra el propietario.
No me extraña que los propietarios tengan sus viviendas vacías, antes de ponerlas en circulación de alquiler... porque ya sabemos lo que te juegas con los inquilinos. Y, máxime, cuando la inquilina es mujer y tiene hijos. Que llega a ser un matrimonio mal avenido entre el propietario y la inquilina.
Si vamos invadiendo las propiedades o haciendo de la situación un drama personal contra un propietario, no me extraña que se dejen de firmar contratos con personas así. Fuera de la filia emocional. Que es tanto como intentar hacer, de un propietario, el marido que vuelve de buscar tabaco, después de un año de alquiler.
Y esto debería saberlo Rubén Hood en su blog. No se puede ser intermediario y de parte porque la cosa no funciona así. También puedo estar equivocado. Claro.
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